Dos días de navidad para presentar propuestas frescas acorde a las temperaturas, cuatro grupos en formato acústico, cuatro estilos diferentes con un enfoque “desenchufado”. Abrió el festival la vitoriana She’Sophi, interpretaciones genuinas de composiciones propias entre el folk y el indie, de Joni Mitchell a Najwa Nimri, bastante mejor que todas las herederas que han colgado a Russian Red. Se siente a gusto sobre el escenario, donde divierte con sus comentarios y brilla con su música.
A continuación actuaron We Were Dawsons, cuarteto que destaca por el timbre cálido de su voz femenina y la magnífica ejecución de sus canciones, todas ellas con la capacidad de evocar road-movies que recorran millas por el medio oeste americano. Excelente su versión de ‘Use Somebody’ de Kings Of Leon. Pasamos a la jornada siguiente, donde la cantautora Niña Corazón de Galleta ofreció sus letras intimistas envueltas en dulzura hippie -consiguió sentar al público en el suelo- y melodías pop que siempre acaban “en un la menor tristoncillo”. Bonitas armonías en la colaboración con Lucía Casmodia.
El dúo Ronnie Club puso el punto y final al festival con la actuación más enérgica de todas, siempre con agresivos rasgueos de guitarra acústica, en ocasiones más country, a veces más punk. Remataron con varias versiones que hicieron cantar a toda la sala, entre otras ‘The Pretender’ (Foo Fighters), ‘Wonderwall’ (Oasis) o ‘Somebody That I Used To Know’ (Gotye). En unos tiempos y unas fechas difíciles para la música en directo, la primera edición de esta iniciativa de Sir Vladius Studios y Dafy se saldó con gran éxito de público.