Formados en Los Angeles en 1990, Tool, banda atípica y rodeada de un entorno enigmático, siempre ha tratado de mantener una línea independiente para componer según su criterio, sin presiones externas. La intención de Tool de alejarse de cualquier convencionalismo también les llevó a renegar en su momento del movimiento grunge y de la escena Seattle. Nunca quisieron entrar en el paquete del rock alternativo y el tiempo les dio la razón. Su sonido va mucho más allá de lo alternativo, son demasiado genuinos como para colgarles cualquier etiqueta. Sus influencias son tan diversas, como amplio el terreno donde se desenvuelven sus coordenadas sonoras. En su elaborada propuesta podemos encontrar argumentos psicodélicos propios de unos primigenios Pink Floyd, una alta carga de rock progresivo de lo más rebuscado, tipo King Crimson y un decisivo contenido de riffs ligados al universo del metal. Tres bases que no son las únicas pero si las dominantes. La aparición de Undertow en 1993 resultó primordial para su ascendente proyección, alcanzando ventas de platino en Estados Unidos y el tema “Sober” como uno de los videoclips más proyectados en la, en aquellos tiempos, emergente MTV. Pasó una larga temporada hasta que, después de tres años irrumpió con fuerza su obra clave, Aenima, un producto repleto de intensos y absorbentes riffs, intrincados ritmos, giros inesperados y atmósferas densas e hipnóticas. Habían conseguido una marca de fábrica totalmente original y exclusiva con composiciones como, “Stinkfist”, “Aenima” o, “Forty Six & 2”, cuyos videoclips podemos ver abajo, además de un directo de la última mencionada así como otro de “Eulogy”. Sin duda auténtico metal de misterio e imaginación