Hindsight fue el primer álbum de la banda después de quedarse sin sello discográfico en 2004 con el cierre de Music For Nations. La idea debió ser presentar un aperitivo antes los retrasos que estaba sufriendo el que sería su primer trabajo con temas nuevos desde A Natural Disaster. Hindsight era un disco semiacústico que repasaba en este formato la carrera de la banda desde Eternity. El experimento les salió redondo con un trabajo realmente emotivo y con unas adaptaciones magníficas. Ahora repiten con este Falling Deeper que pretende hacer lo mismo con temas de sus primeros años, en el que encontraremos un somero repaso a los EP’s Crestfallen y Pentecost III y a sus dos primeros trabajos Serenades y The Silent Enigma. Evidentemente, la voz es en la mayor de los temas un punto muy diferente, no tanto por el paso del registro gutural al limpio, sino más bien por la ausencia de la apabullante personalidad de Darren White. El sonido es más orquestal que en Hindsight, más cercano a We’re Here Because We’re Here y debido al trabajo de Dave Stewart.

Del primer EP tenemos la inicial Crestfallen, mucho más corta que la original y prescindiendo de algunos de los riffs de la primera; They Die, en la que toman tan sólo los primeros minutos dejándola como instrumental; y Everwake, para la que han contado de nuevo con la participación de Anneke Van Giersbergen. En esta última, muy apegada a la original, la voz de Anneke tiene ahora más presencia que la de Ruth en la versión primera, donde la voz femenina quedaba mucho más al margen, dándole a la canción un ambiente enormemente evocador. Pero la presencia de la carismática Anneke no eclipsa el trabajo de la habitual Lee Helen Douglas, que está a cargo de las voces en el resto de temas.

De Pentecost III encontramos Kingdom y We, the Gods, de nuevo con una duración menor que en las versiones originales y la segunda incluso sin voces. Especialmente We, The Gods sufre un cambio importante, basándose ahora en un piano muy lineal y perdiendo los cambios y algunos enormes riffs. Como curiosidad, mencionar que en aquel EP se decía “coming soon: Rise Pantheon Dreams“, un disco que nunca se llegó a editar (o más bien cuyo nombre fue cambiado a The Silent Enigma a la salida de Darren White de la banda). Un título que, años después, sería el de un recopilatorio de la banda que fundó White después de su salida de Anathema, The Blood Divine.

De Serenades nos topamos con Sleep in Sanity y J’ai Fait une Promesse, donde de nuevo nos encontramos con un tema que pierde la voz original. Es en J’ai Fait une Promesse donde prescinden ahora de la inquietante voz femenina de la original, de cuya melodía principal se encarga ahora el piano. Para compensar, Sleep in Sanity es una de las adaptaciones que mejor ha quedado. Podría haber sido incluido en We’re Here Because We’re Here y no hubiera desentonado. De The Silent Enigma tenemos …Alone, que mantiene bastante bien el espíritu de la original, y Sunset of Age, una de las más conseguidas. Y es que, escuchando Sunset Age y los estupendos arreglos que tiene, se le hace a uno la boca agua imaginando cómo podrían haber quedado A Dying Wish o Restless Oblivion bajo ese mismo tratamiento.

Falling Deeper no llega al nivel de Hindsight, quizá porque los temas originales no se adaptan tan fácilmente a este formato o quizá porque han sido, en muchos casos, cambiados demasiado. El álbum puede ser escuchado perfectamente sin conocer la primera época de la banda y casi como una continuación de We’re Here Because We’re Here en la que algunas melodías y pasajes simplemente albergan retazos de aquellos primeros trabajos. Eso sí, el tratamiento más ambiental que le han dado al repertorio escogido puede ser una pista de por dónde van a ir los tiros en el próximo disco de los hermanos Cavanagh.

Texto: Juan Manuel Vilches