Época de vacaciones, fin de gira y jugaba España. Pero nada impidió que Galileo estuviera hasta la bandera para escuchar a Andrés Suárez en concierto.
Un público fiel que se ha ganado a pulso este gallego que empezó tocando en el metro de Madrid cuando “no sabía lo que era un metro”. Por ello comenzó la noche con ‘Canción a mi público‘, uno de los temas que, si bien no ha querido incluir en su próximo disco, forma parte de una serie de vídeos de Youtube bajo el título de ‘Canciones que nunca debí componer’.
De su gira por Cuba y México se trae 16 temas empezados, energía renovada y una sonrisa que le ha dado fuerzas para tocar en directo esas canciones que nunca debió componer. Es el caso de ‘Así fue‘, ‘No diré‘ (acompañado por su amiga Elia Velo) o ‘Nunca más Bruselas‘, un tema que tocó anoche por primera vez en directo.
También pudimos escuchar uno de esos bocetos aún por terminar, titulado ‘Cuba‘. Una preciosa balada dedicada a una “negrita linda” que conoció al otro lado del charco.
Con clásicos como ‘Benijo‘, ‘Más de un 36‘, ‘Números cardinales‘ (acompañado por su buen amigo Marwan) o ‘No te quiero tanto‘, el público se unió en una sola voz arropando a un Andrés visiblemente emocionado y agradecido que afirmaba que “La gira ha estado de puta madre, pero en ningún sitio como en casa”. Y es que, además de su sobrada capacidad como compositor y cantante, este cantautor sabe cómo llegar a su público, al que hizo reír y llorar por partes iguales.
Estuvo acompañado por el violinista Marino Sáiz durante la mayoría del concierto, en el que no podía faltar la versión de uno de sus grupos favoritos, Extremoduro.
Con ‘Perdón por los bailes‘ (canción que pudo grabar con su admirado Pablo Milanés), Andrés Suárez consiguió emocionar y sorprender con un movimiento inesperado. Mientras Marino tocaba su violín entre los asistentes, se oyó la poderosa voz a capela del gallego en las gradas. Un momento mágico en el que, más que nunca, fue uno con el público.
Andrés subió al escenario con la sensibilidad y la fuerza que le caracterizan. Capaz de combinar la garra y la potencia de voz con punteos suaves de guitarra, susurros y silencios elocuentes, consigue involucrar al público en cada nota de sus sentidas historias. Dos horas de concierto en el que pudimos disfrutar del talento del que es, sin duda, una de las promesas de la canción de autor de este país.
Texto: Nadia Benyahya
Andrés Suárez — Sala Galileo, Madrid — 23/6/20122 thoughts on “”
No estuve en el concierto pero con lo que he leído es como si hubiera estado. Allí me has llevado y me has emocionado. Gran crónica. V
Sencillamente… genial!