El tema “candente” de esta grabación lo constituía el apartado vocal. Descartado Dan Nelson por oscuros motivos y excluido John Bush por voluntad propia (y por orgullo), la disyuntiva creada obligó al grupo a mirar al pasado y a rescatar al bueno de Joey Belladona. Ahora bien, a posteriori, basándonos en la escucha del disco, se puede sacar una categórica conclusión; en la reunión que debió tener el grupo con Belladona quedó clara una cosa, el vocalista debía olvidarse del pasado y procurar acercarse lo mejor posible a la labor realizada por Bush. Es decir, salta a relucir que los componentes de Anthrax querían una continuidad con su última etapa, nada de regresos a sonidos demasiado primigenios.
De esta forma, y que no me vengan con el cuento comercial de que vuelven a sus orígenes, Worship Music mantiene los parámetros establecidos en sus último discos, lógicamente las raíces están ahí pero, de forma muy soterrada. Lo que prevalece es el metal moderno sobre el thrash clásico. Y, Belladona, ante la opción de subirse a caballo ganador o permanecer en la indiferencia optó por lo que cualquiera con dos dedos frente hubiera hecho, amoldarse a las circunstancias. En este sentido, hay que sacarse el sombrero ante el trabajo que ha realizado el tipo, tratando de que su conocido registro se note lo menos posible para descubrirnos a un cantante nuevo influenciado “a la fuerza” por John Bush.
Sabida la capacidad creativa de Scott Ian y Charlie Benante, la presencia de Rob Caggiano ha dado un plus de robustez a las composiciones que, por otra parte, evitan caer en la dinámica recurrente para incursionar en terrenos más complejos, dando así una resolutiva muestra de madurez. Esto último queda plasmado plenamente en los temas que abren el álbum, “Earth On Hell”, “The Devil You Know” y “Fight ‘Em Til You Can’t”, cuya dinámica aparece sumida en complejos giros esquemáticos y recargada de injertos solistas de rebuscada estructura, sin olvidar las partes de paranoica velocidad y el indispensable apoyo de la pegada de Charlie, siempre consistente y, por momentos, perturbadora.
En “I’m Alive” el registro de Belladona alcanza más texturas novedosas, acercándose al de Michael Poulsen de Volbeat, mientras Rob aporta un par de solos incendiarios en un entorno de sugestivos ritmos pegadizos. “Crawl”, tampoco es un tema de fácil asimilación, con Belladona sacando a relucir su “nueva faceta” en una atmósfera de guitarras corrosivas.
En la recta final “The Constant”, música y voz recuerdan lo suficiente a la época de Sound Of White Noise como para certificar definitivamente la postura del cantante y del grupo al completo, mientras que “Revolution Scream” deja constancia de que los Anthrax actuales apuestan por los sonidos modernos más que los antiguos, dejando, del thrash primitivo, solamente la huella de algunos residuos.
No faltan “detalles”, inherentes a la idiosincrasia de la banda, como la insustancial intro inicial titulada “Worship”; el cello a cargo de Alison Chesley, único instrumento que suena en “Hymn 1”, preludio de “In The End”, tema oscuro y de marcado ritmo dedicado a Dimebag Darrell y Ronnie James Dio, con campanas incluidas; el redoble de batería que conforma “Hymn 2”, otro preludio, esta vez del tema “Judas Priest”, de frenético contenido y cuya dedicatoria es obvia y, por último, el corte escondido, el número 14 del álbum, “New Noise” versión de Refused.
No se trata de que resulte mejor o peor que otros, es un álbum distinto, con situaciones más inspiradas que otras y un buen puñado de imaginativos recursos. Nada fácil de digerir y ahí radica gran parte de su mejor sustancia.
CALIFICACION: 8,50/10
GRUPO: Anthrax
TITULO: Worship Music
DISCOGRAFICA: Nuclear Blast
AÑO: 2011
PAIS: Estados Unidos
CRITICA REALIZADA POR LOCKY PEREZ
Anthrax: Worship Music13 thoughts on “”