El nacimiento del blues y los condicionantes que dieron lugar a su creación han sido tratados en numerosas ocasiones, aunque no siempre haciendo el hincapié necesario en diversos aspectos que trataremos aquí. Su origen estuvo marcado por los cantos propios de las comunidades y tribus del África Occidental que fueron llevadas a Estados Unidos para trabajar como esclavos en los campos de cultivo, sobre todo de algodón y tabaco, en los primeros años del siglo XVII. Aquella mezcla de cantos africanos tradicionales y los himnos religiosos que los negros adoptaron junto con la religión cristiana que les fue inculcada a su llegada a América dieron como resultado muchos de los elementos característicos del blues, como el patrón de llamada y respuesta y la utilización de las notas de blues. Algunos autores señalan algunas características, como la entonación nasal, como conexión entre ambas orillas.
Pero, aunque estas influencias fueron decisivas, es un punto de vista que se centra exclusivamente en el origen sonoro. Sin embargo, fue mucho más profunda la huella que dejó en el desarrollo de este género el régimen de esclavitud y la marginación a la que fue sometida la población negra durante cientos de años, porque de ahí surge el lamento y la tristeza característicos del blues en sus orígenes. De ahí nacen las primeras letras, que narraban con crudeza la opresión -que los blancos no dejaron de imponerles aun después de la abolición de la esclavitud-, la tristeza y la miseria en que vivían (Florida Blues, Atlanta Blues o Railroad Blues).
Esclavitud
Si queremos entender mejor el nacimiento del blues es conveniente adentrarnos un poco en el tráfico de esclavos, que provocó sin lugar a dudas el mayor éxodo forzado de la historia de la humanidad. Este lucrativo negocio, sobre el que se cimentó gran parte del crecimiento del mundo occidental desde el siglo XVI, provocó una auténtica debacle demográfica en amplias zonas de África. Durante cuatro siglos este continente fue escenario de guerras y razzias por la captura de esclavos. Millones de africanos fueron exportados para tierras lejanas y otros tantos murieron en largas marchas hasta la costa y en los almacenes a la espera de ser embarcados. Las actividades económicas como la agricultura, la minería, la artesanía, la alfarería y el comercio local fueron abandonados en numerosas zonas de África y se orientaron a una actividad económicamente más productiva: la esclavitud. En lugar de poner a la venta productos, entonces el único producto de fácil venta en el mercado eran los propios productores. Las pequeñas industrias locales no pudieron sobrevivir. De esta forma, el tráfico de esclavos retardó el desarrollo y estableció las condiciones para el actual estado de subdesarrollo.
Para hacerse una idea de lo que suponían las condiciones en las que los esclavos eran transportados y hacinados son interesantes y esclarecedoras las siguientes líneas del padre Alonso de Sandoval, que fue testigo de la forma en que se transportaban los esclavos negros: “van de seis en seis encadenados por argollas en los cuellos, asquerosos y maltratados, y luego, unidos de dos en dos con argollas en los pies. Van debajo de la cubierta, con lo que nunca ven el Sol o la Luna. No se puede estar allí una hora sin grave riesgo de enfermedad. Comen de 24 en 24 horas una escudilla de maíz o mijo crudo y un pequeño jarro de agua. Reciben mucho palo, mucho azote y malas palabras de la única persona que se atreve a bajar a la bodega, el capataz“. Además del elevado número de muertes durante la travesía, en los almacenes de destino fueron frecuentes las epidemias, incluidas las de viruela. De ahí, los esclavos continuaban su infernal viaje con destino a minas y plantaciones.
En Estados Unidos, la mayor actividad comercial en torno a las plantaciones de algodón y tabaco en las colonias del sur favoreció un mayor número de esclavos en esta zona, que llegaron a constituir más de un tercio de la población total. La importancia y el peso real de la esclavitud en el crecimiento económico de los estados Unidos en el siglo XIX es complicado de cuantificar, pero es significativa la caída que sufrió la economía sureña a partir de 1865. Aquel año, con la victoria de los unionistas (el bando formado por los estados del norte) al término de la Guerra Civil Americana, la esclavitud dejaba de ser legal en los nuevos Estados Unidos. Desgraciadamente, esto no supuso una mejora sustancial en las condiciones de vida y las oportunidades de la población negra, que siguió estando sometida a una brutal discriminación y opresión (aún quedaban años hasta que Rosa Parks se negara a ceder su asiento en un autobús a un blanco).
Segregación racial
En el siglo XIX, las canciones de trabajo fueron un entretenimiento muy popular, hasta el punto de que en muchos espectáculos, llamados minstrels shows, eran blancos pintados de negro los que las interpretaban. Toda esta pantomima llegó a su cénit ya bien entrado el siglo XX con la estrella Al Jolson y su personaje de la película The Jazz Singer, que iba con la cara pintada de negro y unos guantes blancos, a modo de parodia de un cantante negro. Y es que poco antes de la Guerra Civil Americana no era raro que en ciudades como Nueva Orleans se mantuvieran dos orquestas sinfónicas -una blanca y una criolla- y tres salas de ópera en las que había butacas separadas para blancos, criollos y esclavos, a quienes se les exigía una nota firmada por sus amos que les autorizaba a asistir al teatro.
En los años 20 las compañías discográficas incluso tenían una serie llamada RACE (raciales), que englobaba aquellos títulos dirigidos a la población negra con artistas como Edith Wilson, Viola McCoy o Rosa Henderson y que, curiosamente, era de una de las series con más títulos publicados anualmente.
Algunos investigadores asocian el desarrollo del blues en los primeros años del siglo XX a la nueva condición de libertad de los esclavos. Según Lawrence Levine había “una relación directa entre el énfasis ideológico nacional sobre el individuo, la popularidad de las enseñanzas de Booker T. Washington y el auge del blues“. Sin embargo, a comienzos del siglo XX, con el género ya prácticamente establecido, la situación de los negros no había experimentado muchas mejoras. Tan sólo eran ahora “legalmente libres”, pero en la práctica la vida que llevaban muchos de ellos y los sentimientos que albergaban eran casi los mismos que cincuenta años antes. Eso sí, al menos algunos pudieron comprar instrumentos, porque antes debían apañárselas con alambres y utensilios del hogar, pero sobre todo con lo único que no les podía ser arrebatado: su voz.
La voz siempre fue el instrumento primero del blues, aunque más tarde han sido varios los instrumentos —banjo, violín, etc.- que han tenido su propia relevancia según las épocas y los músicos. Muy pronto fue la guitarra y sus posibilidades expresivas la que se convirtió en el instrumento del blues por excelencia. Al ser una música vocal la flexibilidad que ofrecía la guitarra y el uso de técnicas como el slide —que daba ese sonido lastimero similar al gemido- fue fundamental. Y es que el blues necesita de esa voz afligida que tenga un poso de melancolía aunque trate los temas más diversos.
Una de las características de los primeros temas de blues es ese carácter narrativo, una forma de conversación rítmica y un tratamiento más realista en las letras, a diferencia de la mayoría de la música popular que se grababa por aquellos tiempos. En un principio, la dureza del trabajo del campo y las penurias diarias fueron la temática más recurrente, pero con los años acabarán apareciendo otros temas como el alcohol, la cárcel, el crimen e incluso motivos cómicos y sexuales, como en la canción Down in the Alley de Memphis Minnie, que trata el encuentro de una prostituta y un hombre en un callejón. Aquellos temas que hablaban de relaciones difíciles, la mala suerte y los malos tiempos, unido a los lugares donde eran interpretados, fueron señalados como algo propio de barrios marginales y gentes de mal vivir. La historia se repetiría años más tarde con músicos de jazz y de rock.
Como en otras disciplinas artísticas, la influencia de otros artistas y obras anteriores tienen un enorme peso en la música, pero el contexto histórico y las vivencias personales son siempre la chispa necesaria para que en ciertos momentos se den las condiciones necesarias para crear algo nuevo. El caso del blues es probablemente uno de los más interesantes, porque fue el sufrimiento infligido a la población negra el que concibió un nuevo género musical que pudiera expresar y captar toda la intensidad de aquellas vidas.
“Los negros americanos podrán mirar hacia atrás con orgullo y contemplar la admirable creación de una de las artes populares más ricas y valiosas, que bien podría ser la última gran música popular del mundo occidental“. Paul Oliver. Historia del Blues
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Bibliografía:
• Entrada sobre ‘blues’ en la Wikipedia.
• Colección ‘Martin Scorsese presents The Blues‘. Varios directores. 2003.
• Vocabulaire d’esthétique, por Etienne Souriau.
• Artículo ‘Tiempo de Blues‘, de Raúl de la Rosa.
• Artículo ‘De una interpretación etnohistórica sobre el devenir del blues‘, de Cenobios.
• Historia de la música negra norteamericana, de Eileen Southern
• Apuntes personales sobre historia de la esclavitud.
Texto: Juan Manuel Vilches
Esclavitud, segregación racial y los orígenes del Blues12 thoughts on “”
únicamente quiero títulos de películas con la temática de la esclavitud en los estados unidos he visto algunas que me parecieron realmente buenisismas pero no se los titulos
muchas gracias por la información ;D