Sólo con decir que a ‘Welcome To The Lost Parade‘, pieza a medio camino entre unos rotundos Black Country Communion y la faz más agresiva de Pearl Jam, le precede una introducción instrumental a guitarra que pareciese del mismísimo docente de la new age Will Ackerman, el oyente avispado debiese pasar inmediatamente a estado de alerta a la espera de las siguientes sorpresas. Pues las hay, y muchas; tantas como los cortes en los que de fragmenta este trabajo de Kike G. Caamaño. Él no es sólo un virtuoso de la guitarra, ya que en Pleasures Of Equality toma posiciones tras la batería o los teclados, al igual que no le tiembla el pulso si el asunto va de trazar las líneas de bajo.
Así puede dibujar una rabiosa oscuridad lindando entre el stoner hard y el que fuese segundo lanzamiento discográfico de Slash’s Snakepit Ain’t Life Grand (‘Here We Come Around‘), al igual que dejarse influenciar a la hora de tratar las voces —cubiertas por el excepcional Jacob Alcain Poulsen— por el último Glenn Hughes (‘How Could You?‘). ‘Unwritten Obsessions‘ casaría en cualquier proyecto del Freak Kitchen Mattias IA Eklundh, por no hablar de la imaginación de un ‘Travels‘ que sacaría una sonrisa de aprobación al mismísimo Zappa.
Caamaño ha conseguido grabar no solamente el mejor álbum de art hard rock de 2012 a nivel mundial, ya que seguramente en años venideros se le seguirá alzando como el disco compacto más sobresaliente que para el nuevo milenio ha dado la citada disciplina evolucionada del rock. Creaciones como ‘Stuck In Our Moment‘ seguirá ahí para corroborarlo.