El primer trabajo de estos californianos, The Weirding, fue una grata sorpresa para los aficionados al rock progresivo y la psicodelia de los setenta. Tres años han tardado en grabar el disco ese segundo disco que habitualmente puede ser la confirmación no de un buen comienzo. En este caso sí lo es, porque The Black Chord mantiene las expectativas creadas y además aporta una concepción de las composiciones mucho más sólida y trabajada.
El comienzo con Cocoon ya muestra gran parte de su sonido con una amalgama de sintetizadores Moog y Hammond y diversos efectos espaciales muy del gusto de bandas como Yes o Tangerine Dream. Pero Astra no se quedan en esa visión casi etérea, sino que crecen también en otros temas a fuerza de guitarras y bases rítmicas en la línea de clásicos como Atomic Rooster o King Crimson, una de sus influencias más palpables. Estos tipos tienen una gran capacidad para alternar y mezclar los momentos más ambientales con los más rockeros y además cada canción sigue teniendo su espacio sin llegar a saturarlas con excesos de ningún tipo. Buena muestra de ello lo encontramos en Quake Meat, Barefoot In The Head o la que da título al álbum.
Astra son una de las bandas más imaginativas y efectivas que podemos encontrar actualmente en el panorama del rock progresivo. Aunque con un sonido que no se aleja apenas nada de los clásicos de los setenta, han conseguido elaborar de nuevo un trabajo enormemente interesante, que incluso se encuentra un peldaño por encima de su más que atractivo debut.
Texto: Juan Manuel Vilches