Franceses que empezaron cantando en inglés. Franceses, que se quitaron los complejos y descubrieron que el idioma de nuestros amigos del norte también puede sonar en clave de Pop Rock.
Brigitte Bardot (B.B.), la morena (Brunes) que cautivó al mundo sigue siendo musa. En esta ocasión de unos desvergonzados veinteañeros acostumbrados a enmarcar sus correrías en las calles de París.
Nico Teen Love, su disco confirmación (segundo en orden cronológico), trae aires de esos estereotipos que nos pintan a los jóvenes músicos franceses como rebeldes ingenuos, fumadores delgaduchos e hiperactivos, con un nervio excitado para las canciones energéticas, con una lengua hecha para el romanticismo, con todo el bagaje que da ver a artistas como Serge Gainsburg o Jacques Dutronc en acción, y canciones que resultan descaradas.
Canciones que rompen prejuicios hay un puñado en este disco. En cierta manera siguiendo la línea de su primer álbum Blonde Comme Moi (’rubia como yo’), una descarada intención de llevarse la contraria incluso a ellos mismos. Canciones, como ‘Nico Teen Love’, que comienza con el sonido de un mechero, como ‘Dinamite’ (puro B.B. Brunes) con guitarras que provocan el grito.
Otras, como ‘(D)Andy’ en la línea de la ‘nouvelle scène française rock’… éstos franceses, siempre queriendo ir por delante, como estos amigos de la infancia, Adrien Gallo, Karim Réveillé y Raphaël Delorme, cuando ejecutan ‘Lalalove you’. Porque nuevo hay muy poco, pero ellos dicen ‘I love you’ y, oye, suena distinto.