Los 20 años de carrera de los Backyard Babies han producido muchos momentos de calidad, pero tanto el público como la crítica siempre han sentido especial predilección por esas píldoras de suciedad sónica que poblaban Total 13, el disco editado en 1998. En la gira actual, y gracias a la edición de un triple CD recopilatorio, pudimos disfrutar de nuevo de una buena ración de canciones antiguas y rarezas que muchos soñábamos con poder escuchar en vivo, ¿el resultado? pues como siempre pasa con esta banda, el guitarrista Dregen salva la papeleta, pero el resultado global dista mucho de la grandeza de algunas de sus composiciones.
Con un set list bastante más largo que de costumbre (hora y tres cuartos, frente a 75 minutos en cada una de sus últimas visitas), las sorpresas llegan desde el inicio al comenzar con la inusual Backstabber, las añejas Electric Suzy y Fill Up This Bad Machine, de sus primeros esfuerzos con evidentes referencias a Guns N’ Roses, fueron bien recibidas y el gran peso del mencionado Total 13 en buena parte del show bastó para no levantar el pie del acelerador en ningún momento.
La adoración hacia el guitarra solista es absoluta, su carisma y presencia escénica enloquecen al público, que recibe sus púas o su sudor como un regalo divino. El resto de la banda cumple con su papel sin excesos.
Un día antes de acudir al concierto, un reconocido rockero madrileño me comentaba sus impresiones acerca del combo sueco: “sus últimos discos no me llegan demasiado, pero en directo tienen a ese guitarrista… Dregen, el cabrón que bueno que es”. No somos pocos los que compartimos hasta la última coma de esta opinión, y lo visto y oído en Madrid no hacen sino confirmar dichas tesis.
Abrieron los franceses Tracy Gang Pussy sin pena ni gloria, su música consta de los mismos ingredientes que la de los Babies, pero sin nada que aportar y con discreta ejecución. Se me ocurren varios grupos que lo harían mucho mejor dentro del mismo estilo y sin salir de la ciudad.
Texto: pointer
Fotos: Raúl Ranz