Mirage Rock (Sony Music) es el disco que sigue a Infinite Arms, con el que en 2010 ganaron una nominación a los Grammy, el primer disco de Band of Horses producido por Glyn Johns (incluido en el Rock and Roll Hall of Fame este año en reconocimiento a su trabajo con The Beatles, Bob Dylan, The Rolling Stones, The Who, Led Zeppelin, The Faces o Eric Clapton, …) y grabado en el estudio Sunset Sound en Los Ángeles, siendo uno de los conjuntos más coherentes y logrados de composiciones de Band of Horses hasta la fecha.
“Ya en 2010 se me ocurrió decir que Infinite Arms me parecía el primer disco de Band of Horses“, comenta Ben Bridwell en declaraciones oficiales. “Con eso quería decir que, por fin, estaba con la banda que siempre había soñado y que ese álbum era el debut gozoso de este grupo“.
Por eso asegura que Mirage Rock fue “más divertido y fácil de hacer que cualquier otro disco en el que yo haya tocado. En los cinco años que este grupo ha estado componiendo, grabando y consolidando una segunda familia y una poderosa vitalidad, todos hemos aprendido lo importante que ha sido la colaboración en nuestra fórmula y que la idea de cualquiera de las personas es tan importante como la del resto“.
En lo que a sonido se refiere, los que disfrutábamos de su vertiente más rock, hemos ido viendo cómo poco a poco ha ido quedando relegada, a pesar del nombre del mismo, para ofrecer un solvente álbum de americana, que huele a viejo, vía Simon & Garfunkel e incluso a The Beach Boys en sus momentos más corales. “Si Infinite Arms era nuestra querida mascota, la que mimamos demasiado y alimentamos en exceso, entonces Mirage Rock vendría a ser el hermano pequeño inesperado que alguien dejó en la puerta de casa. Algo quizá de aristas menos pulidas pero con la misma línea sanguínea” dice Ben. “El sonido amplio de Knock Knock y Feud puede recordar a los primeros Horses. La honestidad directa de How To Live y Everything’s Gonna Be Undone pueden conjurar los recuerdos de algunos de los conciertos favoritos de la banda. Y la sincera Slow Cruel Hand of Time esperamos que sea de las que arrastran a identificarse con el personaje principal de la historia“, confiesa.
Del proceso de grabación y su trabajo con Glyn Johns, cuenta que quisieron “darle un poco de rock and roll. No sólo para probar que podíamos grabar un álbum con todo el mundo tocando a la vez en la misma sala, con un mínimo de regrabaciones, sino también para ver si podíamos hacer que el viejo se moviera un poco en su silla. Lo que terminamos haciendo al final es un álbum que emplea muchas de las texturas con las que nosotros sabemos trabajar mejor, y ha sido también una oportunidad de desafío para nosotros mismos con algunas otras novedades“.
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