Lo de este país con la música se asemeja bastante a lo que sucede con el negocio armamentístico. Pondré un ejemplo claro: España es un país que procura ser muy solidario con otros países mientras que es uno de los primeros exportadores en armas a países del tercer mundo. Pues pasa exactamente igual con la música. Se lloriquea por una escena (y una prensa especializada) digna pero nadie mueve un dedo por mejorar la situación. Ya lo decía Ives Montand: “La peor cobardía es saber qué es lo justo y no hacerlo“.
Las entendederas de un servidor topan con la sinrazón general cuando lee entrevistas (centrados en música) en medios generalistas. Suelen ser preguntas muy básicas tipo “¿Por qué te dedicaste a la música?” o “¿Cuáles son tus influencias?“. En caso de tratarse de una persona que ha significado ser un icono, los tópicos se disparan: “¿Qué se siente al ser el (inserte aquí su etiqueta y reinado) desde hace tanto tiempo?“. No sé, me imagino que el periodista no tiene culpa alguna, sino del jefe que le encarga tal trabajo. Hay que hacer distinciones, como en El País, donde sí hay profesionales especializados en la materia, pero en otras publicaciones diarias tiran del becario de turno. Esto repercute negativamente en la credibilidad del medio en cuestión, pero claro, periódicos como 20Minutos, Qué y otros tantos… no van dirigidos a un sector especializado de la población, sino a gente de paso. Me explico; la ama de casa que espera en el mercado, el abuelo que echa la mañana en el ambulatorio o el que va de camino al trabajo en el transporte público encuentra más sencillamente un ejemplar del 20Minutos antes que de El Mundo, lógicamente, ergo su lectura debe ser resumida y rápida.
No obstante, pienso y creo que no hay que descuidar ciertos apartados, especialmente si son culturales. No creo que cueste mucho tener a alguien que se ocupe de ciertas secciones más allá de la crónica social diaria. Vaya, que tampoco es necesario realizar una tesina sobre el último disco de Amparo Sánchez, pero tampoco hay que caer en el desastre informativo publicando entrevistas con personajes clave en la historia del Rock como Patti Smith, pues provocando un poso romántico en este texto, diré que hay ciertos entrevistados que, de tan especiales que son, no pueden ser entrevistados por cualquiera.
Todo requiere una preparación y un seguimiento, pues aunque no lo parezca, se puede vivir de esto, pero para llegar a tan inalcanzable fantasía habría que cuidar al redactor / colaborador.
Otro punto a tener en cuenta es el de las oficinas de prensa, discográficas… etc. Viviendo en un país tan poco musical como España, ¿qué prefieren? ¿Entrevista de mítico músico en un medio más grande y generalista que leerá y verá todo el país o una entrevista en revistas especializas que únicamente comprarán los que se sumerjan más en la materia? Si se mira por el lado del encargado de distribuir y de conceder esas entrevistas, está claro: medio generalista que llegue a todo el mundo. Eso, a grandes rasgos, puesto que también se deja hueco para las especializadas, aunque se las suelen pasar por el forro con alegría.
No se trata de señalar a nadie, por supuesto, pero no creo que a nadie se le caigan las medallas por priorizar antes con publicaciones más concisas en la materia. Mientras que en España se reparten las entrevistas entre los diarios más afamados (dejando las migajas a los menos afamados, que en este caso son los musicales), en otros países (como Reino Unido) cuidan a esos profesionales que escriben sobre el noble arte de la música. Aunque claro, el “colegueo” no es algo tan enfermizo como en España, ¿verdad?
Por otro lado, está el meticuloso tema de los bloggers. Vuelvo al caso nacional, pues el término “blogger” se utiliza de manera despectiva en muchas ocasiones. Veamos: ni todos los bloggers son unos aficionados, ni todos los aficionados son unos mindundis. Esto se ve a la hora de repartir acreditaciones, olvidándose de los numerosos blogs que hacen una labor incluso superior a la de 20Minutos o Qué (ya que los he mentado con anterioridad…). ¿Por qué no se les ayuda? ¿No luce igual el nombre de Musicazul al lado del de Rolling Stone? ¿Son ustedes tan ignorantes que trabajan en un sector en el que desconocen el futuro de la prensa musical? Parece ser que, efectivamente, así es.
Sería muy injusto meter a todos en el mismo saco puesto que hay empresas que sí los tienen en cuenta, tanto a unos como a otros, y no van de ese palo provincial tan elitista con olor a mierda de gallina. No por ser un medio con renombre significa que su material sea de calidad, métanselo en la cabeza. Igual hay que cuidar más a esos chavales que dedican su escaso tiempo a escribir (con más pasión) acerca de grupos y artistas de diverso pelaje. Es evidente que habría que hacer un corte de calidad entre blogs, pero si se dedicaran a hacer un barrido de webs, blogs y otros espacios más humildes pero trabajadores, las cosas nos irían mejor… A TODOS.
Se está confundiendo el término “blogger” como ya se ha hecho con el de “indie”. Un blog en sí no es más que un soporte y un editor de texto, al igual que el ser independiente es currárselo por uno mismo y no el de un sonido que algunos han etiquetado con alegría. Déjense ya de mirar por encima del hombro a los chicos currantes de webs y publicaciones minoritarias (entre las que entrarían el 90% de la prensa musical de renombre de este bendito país) y centren su trabajo en demostrar al artista al que promocionan que hay mucho conocimiento musical lejos de infames entrevistas en los diarios gratuitos. Y es más, respeten, pues no saben cuándo ese “blogger” al que hoy desprecian puede estar mañana en un puesto más alto. Y van muchos casos ya, pero nada… seguiremos con el elitismo de siempre y el mantra de todos los años. Que por cierto, también habría que fijarse más en el nombre del periodista (haciendo un seguimiento de su labor) y no en el nombre de la publicación, pues el hábito no hace al monje.
Y repito: hay excepciones y no se debería generalizar, pero para eso hay que arrimar el hombro y trabajar. Sin dejarme en el tintero que las peleas y rencillas son de patio de colegio.
Texto: Carlos H. Vázquez.