Dicen que cada maestrillo tiene su librillo. El pasado viernes 11, y como punto y seguido a la frenética actividad del Festival Micro_MUTEK, los productores estadounidenses Oh No y The Alchemist impartieron un ‘workshop’ exclusivo en Barcelona, en el que compartieron su experiencia y sus vivencias en los estudios de grabación ante los allí presentes.
Desde primera hora de la tarde, en los aledaños de Discos Paradiso podía palparse en el ambiente que algo grande estaba a punto de suceder. ‘B-boys’, ‘B-girls’ y amantes del ‘beat diggin” en general esperaban a sus ídolos con sus vinilos listos para ser firmados, y dispuestos a presenciar una clase magistral, semejante a las que diariamente se imparten en la Red Bull Music Academy.
Fieles a su cita, los integrantes de Gangrene desvelaron secretos, trucos y curiosidades a lo largo de su trayectoria hasta la grabación de su último trabajo ‘Gutter Water’. “Si haces beats por tu cuenta, te encargas de programar la batería, los bajos, tocar los teclados. Lo haces todo por ti mismo y te acabas sintiendo como un alienígena si lo comparas con los músicos del pasado, así que cuando estás con alguien en el estudio lo agradeces y lo respetas“, explicó The Alchemist. “Fue el proceso más natural que puedes imaginar. No discutimos haciendo el álbum. Su presencia me inspiraba y me forzaba a tener durante todo el día 30 beats en la cabeza“.
Su historia, tal y como se pudo comprobar, es la de dos vidas cruzadas, unidas por el destino, después de sendas infancias que vistas desde fuera pudieron resultar privilegiadas. Desde sus primeros pasos (en el caso de Oh No) como testigo de lujo desde los 10 añitos de las evoluciones de su hermano Madlib: “Estaba mirando todo el tiempo cómo hacía beats, primero con su vieja SP12 y más tarde con la MPC 2000“; o cargando las cajas de vinilos de Muggs en los bolos de Cypress Hill, como The Alchemist: “Me apasionaba todo lo que fuese estar en el meollo. Lo que fuese por sentirme ahí. Mi gran mentor fue Dj Lethal (House of Pain, The Soul Assassins, Limp Bizkit). Iba a las tiendas de discos y se compraba las secciones enteras de funk, de soul… él me enseñó a ver si un disco estaba bien producido o no. No importaba el sample, pero sí la ecualización“. Más tarde, fueron llegando los primeros temas, los primeros álbumes… “En mi caso no empecé a hacer mi movida hasta que me fui de casa“, confesó Oh No. Y a partir de entonces, y tal y como asegura su compañero, la creación espontánea de un método “como el que tienen los actores, que es algo casi para psicópatas, o los jugadores de baloncesto, que ven sus vídeos después de jugar“.
“Tienes que pensar que es algo que amas y que disfrutas haciéndolo todo el rato, así que has de intentar hacer lo posible para que sea todavía más divertido“, aconsejó el hermano menor de Madlib. “Lo importante es estar inspirado, más allá de si tienes relación con alguien que te puede influenciar. Todo el mundo tiene contactos y de quién aprender. Si llega un momento en el que puedes copiar lo que hace alguien, entonces has desarrollado una habilidad y será cuestión de tiempo de que puedas ir puliendo tu estilo“, añadió su colega.
Pero, ¿qué es lo más importante a la hora de seleccionar una serie de ‘samples’ y que estos acaben convirtiéndose en un beat? “En definitiva, lo más importante es ir generando parámetros con los que trabajar y tener oído. Esto también es muy importante“, explicó The Alchemist. “Si piensas en los grandes baterías de la historia, todo se basaba en su swing en su naturalidad. No tenían un metrónomo. Lo que acaba importando es tu sonido“.
“En mi caso, no sólo los discos, sino que las películas, la televisión, los videojuegos, o cualquier cosa me pueden inspirar para hacer un tema. Intento samplear las cosas más difíciles, no las obvias“, reveló el padre de álbumes como ‘Dr. No’s Ethiopium’, en el que se sirvió de sonidos de este rincón del continente negro para firmar 36 cortes. “La clave está en contar con más de 20 fuentes diferentes para acabar sacando ritmos locos e impredecibles“. “Recuerdo una vez“, le interrumpió The Alchemist, “en que se encerró a ver ‘Tiburón’ y sacó 25 beats diferentes y locos de su banda sonora” con un resultado sencillamente impresionante, tal y como se pudo comprobar en la exclusiva audición de algunos de estos cortes que Oh No tenía guardados en su reproductor de MP3.
Todo un privilegio para los cuarenta asistentes que abarrotaron la sala de conferencias de Discos Paradiso, y que como punto y final a una tarde enriquecedora pudieron resolver sus dudas en primera persona con dos de los productores a los que aspiran emular algún día.
Fuente: Red Bull Music Academy
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