Barón Rojo fue la sorpresa non grata de la tarde-noche. El cincuenta por ciento de los barones originales (o lo que es lo mismo, los hermanos Carlos y Armando de Castro) acompañados al bajo por Gorka Alegre, ofrecieron un concierto muy discreto. Al lamentable sonido con el que contaron (las guitarras casi no se apreciaban), se le sumó la falta de canciones legendarias del cuarteto, canciones que para el escaso tiempo del que contaron deberían haber tocado – “Los Rockeros Van Al Infierno“, “Hijos De Caín” o “Larga Vida Al Rock N´Roll“, por citar algunas de tantas -. Además la formación no era la original como todos esperábamos.

Empezaron descargando “Al Final, Perderán“, de su disco “ Ultimasmentes“, 2006, que enlazaron con el himno “Barón Rojo“, y a la que siguieron una coreada “Resistiré“, con una introducción algo desafinada, para acabar con una muy sentida interpretación de “Cuerdas De Acero“, e “Incomunicación “, del disco “ Volumen Brutal“, 1982. Carlos de Castro estuvo muy pasivo, con una voz que en ocasiones rozaba el ridículo, mientras que Armando de Castro, el único que se salvó de la quema de un concierto para olvidar, estuvo más participativo cantando y tocando la guitarra con la maestría que le caracteriza.

Lo mejor de la actuación fue cuando Hail se sumó a la fiesta y entre todos, músicos y público, rendimos un merecido homenaje a Ronnie James Dio. Sonaron los temas “Neon Nights“, – los más viejos recordamos este tema como sintonía del mítico programa de radio “ Disco Cross” -, y “Paranoid“. Casi tres cuartos de hora de actuación en la que Barón Rojo no supo aprovechar la oportunidad única de demostrar el resurgir de la banda tocando para un público amplio tanto en número de asistentes como de fans. ¡Una verdadera pena!