En una reciente entrevista, una joven banda de heavy metal ensalzaba la escena nacional apostillando que únicamente faltaba que saliese un grupo con proyección internacional. Hace 30 años Barón Rojo cubrió esa función durante la década de los 80. Hubo otras bandas, por supuesto, con diferentes estilos, y cada uno tendrá sus preferencias, pero nadie puede dudar de que la punta de lanza de toda esa época fueron los Barones.
La vuelta a los escenarios de la formación original no ha estado exenta de polémica, los calificativos que se han dedicado entre ellos a lo largo de los últimos lustros han sido ataques directos con grandes cantidades de odio y rencor. Por suerte para todos, han solucionado (aparentemente) sus diferencias y sus dosificados directos por toda la península están convenciendo a los aficionados.
El cuarteto arranca con Campo de concentración y la sala ya es una fiesta donde varias generaciones cantarán, bailarán y brindarán durante 3 horas. La voz de José Luis Campuzano “Sherpa” tiene un color y una personalidad únicas, aunque por momentos parece desganado. Carlos De Castro también canta una gran cantidad de temas, con más empeño pero con una voz bastante menos dotada que la de su compañero.
En medio del escenario tenemos a Armando De Castro, que no dejó de moverse en ningún momento y que rayó a gran nivel en sus labores guitarreras y cantando Hermano del Rock & Roll con todo el público secundándole. Hermes Calabria se mostró seguro y discreto, no llamó la atención ni para lo bueno ni para lo malo.
Durante la primera parte del recital se entremezclaron éxitos seguros con rarezas como Travesía Urbana, la deliciosa Se escapa el tiempo con sus diferentes secciones a cada cuál más cautivadora o la excelente instrumental Buenos Aires, con ecos a los mejores Thin Lizzy o Michael Schenker. Concierto para ellos es una canción que ya ha trascendido para convertirse en un clásico del rock en castellano, y en directo podemos ver a los homenajeados en pantalla gigante mientras se nos pone la carne de gallina.
La última parte del concierto ya fue hit tras hit, y es difícil dejar de nombrar alguno, Con botas sucias, Siempre estáis allí, Cuerdas de acero -comenzando con la letra de Smoke on the water pero sin su célebre riff-, Los rockeros van al infierno… completan la noche con tres bises.
Los Barones no tienen que hacer casi nada para que el público se emocione y coree las canciones, su repertorio es excepcional y tocan una buena cantidad de canciones. Instrumentalmente impecables, a las voces llegaron sus mayores problemas, con numerosísimos problemas de afinación que hacían chirriar las armonías, en algunos momentos rozando el ridículo. ¿Quizás no se escuchaban bien entre ellos en el escenario?.
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Fotos: Almudena Eced por cortesía de la revista RUTA 66
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Bastante de acuerdo en todo.
Aquí os dejo otra crónica con fotos (peores), un video, el setlist completo y tal...
http://mercadeopop.blogspot.com/2010/05/baron-rojo-2010-sala-la-riviera-madrid.html
Saludos!