No es la primera vez que le decíamos espacio a la música de Mali en Musicópolis, por donde ya han pasado gente como Rokia Traoré o Terakaft. El país tiene una cultural musical tremendamente rica y no son pocos los músicos que proceden de allí en los últimos años, especialmente desde que algunos avispados productores y bandas han puesto allí su mirada. Bassekou Kouyate es una de sus más importantes figuras, con más renombre actualmente y que cuenta con una banda a la altura: Ngoni Ba.
Siendo Jama Ko tan sólo su tercer álbum es sorprendente como ha crecido no sólo su fama en tan poco tiempo, sino también su evolución como músico y sus contactos. Y es que aquí las colaboraciones no son pocas: Zoumana Tereta, Khaira Arby, Alou Sangaré, Moussa Sissoko y Taj Mahal, entre otros. Su sonido se basa principalmente en el N’goni, el laúd del África Occidental y del que Kouyate es uno de sus más notables representantes, junto con Baba Sissoko. La occidentalización de muchas de las músicas tradicionales que se viene produciendo desde hace décadas parece haber afectado poco a Kouyate, quien conserva bien muchas de las señas de identidad de las tradiciones locales al tiempo que ha sabido aprovechar las mejoras que alguien como Graham Lessard ha sabido incorporar.
Los últimos años no han sido fáciles para Mali y ello ha influido también en sus músicos. La llamada a la reconciliación que Kouyate lanza en temas como Jama Ko, Ne Me Fatigue Pas o Kele Magni debería ser escuchada y, ahora que por fin el país parece volver a una cierta normalidad, es un buen momento para que el gobierno tenga en cuenta este mensaje que a buen seguro no es sólo el de Kouyate, sino también el de gran parte de la población.
Texto: Juan Manuel Vilches