Por si pensabas que la nueva chanson francesa quedaba expuesta este año a las excelencias del eminente álbum de Dominique A ó no hacías otra cosa que escuchar discos de Vincent Delerm encerrando tus tristezas otoñales en cuatro paredes, aquí tienes la última entrega (y doble) del hombre de la mirada rasgada y el flequillo caído, que puede tanto emular a grandes clásicos de la música francesa como versionar a Blur en sus conciertos. Y atentos por si nos visita, que tiene clase y talento en directo para presentar un álbum doble y mucho más que todo eso.
Ahora puedes lanzarte a llorar con un montón de tremendos álbumes taciturnos: el último de Richard Hawley es otro de ellos. La superbe es el resolutorio (y otra vez, incuestionable) de Benjamin Biolay; una sucesión de canciones, entre duetos de dulce melancolía, pop y flirteos con el jazz (“Miss Catastrophe“), que amenizan un doble álbum nada afectado por la fatiga que podría suponer el escuchar sus más de veinte canciones, donde hace de todo menos parecer aburrido y cansado de hacer lo que mejor sabe: suavizar el tono de su masculina voz, muchas veces adornada bajo mantos electrónicos que nada hacen palidecer esta colección de entrañables canciones. Otra vez más, Benjamin Biolay no nos defrauda.
Si la presentación de su disco es el tema que da título al álbum, “La superbe” no deja de ser una ampulosa canción donde la orquestación no deja esconder las características claras y bien definidas de su repertorio musical. Benjamin Biolay se inclina muchas más veces hacia el pop y buena muestra de ello es una de las mejores canciones del disco, “Si tu suis mon regard“, que cuando se vuelve ligero es igual de intenso que cantando sus inequívocos y afrancesados duetos, como tan bien lo hace en “Brandt Raphsodie“, con esa intención de parecer ir leyendo en lugar de cantando, característica diáfana de los mejores momentos de la chanson francesa décadas atrás.
Pues eso, su inclinación hacia el pop; no hay más que escuchar “Prenon le large“, donde le diferencian y alejan del clasicismo del resto de las canciones de su doble entrega. Y si bien es cierto que a veces se pasa con las trompetas, sobran por todos lados en “Night shop“, salva el escollo rápidamente de este discapacitado resbalón, con la delicadeza de las guitarras de “Tu es mon amour“. Como comentaba antes, es la variedad de sus canciones la que otorga mucho más empaque al conjunto. Esa seriedad que te lleva, una tras otra, a escuchar todos los temas sin parecer que ha estirado; ni los arreglos ni las melodías, a pesar de que en varios momentos llegue al límite de la pomposidad orquestal.
Irremediablemente, te quedas con unas canciones más que con otras. Por ejemplo, “Reviens mon amour” te sabe a poco; es una canción demasiado fácil y no llega a la intensidad de lo mejor del disco. Conociéndole, te gusta más que vaya relatando sus letras (“Jaloux de tout“), y que esa aflicción se deje empañar, quizá, por notas electrónicas que estorben menos y que puedan acompañar a los instrumentos de viento y cuerda que tanto parecen gustarle ahora.
Igual no es el gran álbum que esperábamos de Benjamin Biolay, pero sí es otra muestra más de este gran compositor, productor, cantautor y esporádico actor francés. Recuerden, en directo es aún más intenso y magnético.
Como en el cine (entregan dos o tres películas magníficas al año, y otras tantas tediosas), los franceses saben hacer llorar mejor que reír. Eso sí, sin pesar en la furia de grupos como Expérience. Que toda regla tiene su excepción y Benjamin Biolay no es la excepción a una regla marcada tanto por la magnífica pericia en apropiarse de sonidos ajenos con tanto ingenio como complejidad, como esa capacidad de tener en cuenta los géneros que practica y mezclarlos con el apasionamiento que le caracteriza.
Texto: Ángel Del Olmo
La 53ª edición del icónico festival danés sin ánimo de lucro se celebrará del 28…
Aún no hemos empezado con los rankings del 2024, pero si hay algo que tenemos…
El Azkena Rock Festival (ARF) ha anunciado hoy los primeros nombres de su 23ª edición,…
Reinventarnos en cada disco ha sido nuestro mayor desafío Sólo hay que mentar a Doctor…
La iniciativa SOM VALÈNCIA está en marcha y ha revelado la programación de conciertos que…
El concepto, filosofía, visión y propósito del LEV (Laboratorio de Electrónica Visual) es, probablemente, nuestro…