Como su propio subtítulo indica –The British Rock Songbook-, Betty Lavette se apunta al carro de las versiones, que lleva ya unos cuantos años aguantando las cuentas corrientes de bastantes artistas con pocas ideas y menos ganas de componer. Me estoy acordando de la avalancha de álbumes de este tipo que muchos artistas consagrados vienen sacando desde hace años en cuanto se acercan las fechas navideñas. Pero la veterana Lavette es capaz de convertir una manida maniobra comercial estacional en un disco bien trabajado en el que demostrar de nuevo su sobrado talento.
Nada más comenzar, con The Word, ya nos encontramos con lo que podría haber sido un auténtico clásico del soul de los 60 en una gran adaptación del clásico de los Beatles, que aquí nos hace olvidar a la original. Como quedó tan bien esta primera, les debió parecer que elegir una composición de Lennon/Mccartney les sabía a poco para homenajear al cuarteto de Liverpool, así que también tenemos a George Harrison, con la pausada Isn’t It A Pity, y a un inspirado Ringo Starr, con It Don’t Come Easy; ambas de sus carreras ya en solitario. Además de uno de los mejores cortes, Maybe I’m Amazed, del magnífico primer álbum de Paul McCartney & The Wings. Don’t Let Me Be Misunderstood, popularizada por Nina Simone, aporta el soporte perfecto para que esta gran dama nos muestre esos finales de frases desgarrados que tan bien se le dan. En All My Love, del poco reconocido In Through the Out Door de Led Zeppelin, Lavette hace un auténtico alarde de cómo hacer tuya una canción en los primeros compases. Porque, en un temazo como éste y con la cadencia del señor Plant resonando en nuestra cabezas, es imposible no alejarte demasiado de la original y encima sonar personal si no hay detrás no sólo una gran experiencia, sino también un talento enorme. Wish You Were Here pasa por ser la elección más evidente dentro de un repertorio cuya fuerza radica en gran parte en la selección de temas no tan típicos, lo que no le resta interés por otra parte. El último cuarto de hora incluye Salt Of The Earth, de Rolling Stones e incluida en el legendario Beggars Banquet, y temas de Moody Blues, Elton John o The Who, todas en la misma línea de correcta ejecución y con varios momentos en que la voz de Bettye Lavette va a conseguir arrancarnos algún que otro escalofrío. Pero quizá llegan ya a unas alturas del disco en que se empiece a echar en falta un poco más de ritmo, algo más animado, una pizca al menos de ese soul que se destila en la inicial The Word y en Why Does Love Got Be So Bad, de Derek & The Dominos.
No está su nuevo trabajo a la altura del impresionante A Woman Like Me, el I’ve Got My Own Hell to Raise o su colaboración con Drive By Truckers en The Scene of the Crime. Pero, claro, Bettye Lavette posee y domina una de esas voces que pueden permitirse el inmenso lujo de no hacer un disco excelente y seguir manteniendo el listón en una posición muy digna. A ello ayuda también, por la parte que le toca, el sello Anti- que, con un trabajo casi artesanal, tiene su parte de mérito en los exitosos regresos en pleno siglo XXI de grandes músicos como Solomon Burke, Mavis Staples o la misma Bettye Lavette.
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Bettye Lavette – Interpretations
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Texto: Juan Manuel Vilches
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