En esta oportunidad vamos a remontarnos hasta los orígenes del heavy metal. Pocas palabras se pueden añadir a la trayectoria de
Black Sabbath, de
Ozzy Osbourne y de
Tomy Iommi. La canción de título homónimo puede considerarse el punto de partida hacia diversas ramas del metal. Referencia obligada cuando se menciona a los pioneros cuya influencia ha marcado a cientos de formaciones de todo el planeta, es interesante observar este primigenio videoclip así como la versión en directo, donde unos jóvenes músicos, seguramente, no tenían ni idea en lo que terminarían convirtiéndose. Grabado en 1970, dos años después de la formación del grupo, el disco contiene algunos elementos que siempre han rodeado de misterio tanto la grabación como su enigmática portada. El tono de la canción está casi en su totalidad interpretado en lo que en teoría musical se llama “tritono” y que, debido a su siniestro sonido, en la Edad Media se le denominaba
“diabolus in musica” y estaba prohibido pues se consideraba que el diablo se colaba a través de ese intervalo. La letra se refiere a una figura de negro que el bajista
Geezer Butler aseguró haber visto al despertarse de una pesadilla. Ideal para comenzar a forjar la leyenda.