El tiempo inestable, y otros conciertos esa noche, fueron factores que no ayudaron a congregar público y llenar El Sol. Pero eso no fue excusa para que Brian demostrara la grandeza de sus canciones. La belleza luminosa y la aspereza oscura de su cancionero. Y el resultado fue notable, acompañado por un cuarteto, sus compañeros en Half Foot Outside, además de un trío de cuerdas (violín, viola y chelo) imponente.
“Log girl” multiplica su efecto y la fuerza que destila en el disco, con esa guitarra afilada y unos teclados llenos de vapor y densidad, parece que Hunt resucita a The Nerves o a The Jayhawks. En la recta final del concierto deslumbró con “El martes no tengo barba” que sumado al estupendo swing que despide, además ganó enteros el tema con la presencia del trío de cuerdas. También destacó ese alegato rock enérgico que es “Sapphires in the mud”. Artistas auténticos merecen que sus directos se llenen, no sólo por su talento, sino porque el público disfrutará de lo lindo ante sus excelentes argumentos musicales. Un pedazo concierto de un artista que dirá mucho más, de eso estoy seguro. Avisados quedan.
Texto: Andrés Castaño