Corría el 2009 cuando un grupo portugués que fusionaba la electrónica europea con los nuevos sonidos surgidos del gueto de Luanda -música kuduro decían- asaltaba lo más alto de las ventas de singles de nuestro país. Pocos tenían constancia de ellos, Buraka Som Sistema se llamaban y su hit Kalemba (Wegue Wegue) se extendía por las pistas de baile de nuestro país. La industria oficial por su parte, permaneció ajena ante tal movimiento y la moda pasó tan rápido como vino… o eso pensábamos… Komba (Universal) es su nuevo trabajo, un disco que además de tener mensaje, viene a consolidar una propuesta urbana y contundente.

Conozcamos antes a este quinteto de Amadora (a las afueras de Lisboa) que toma el nombre de uno de sus barrios, Buraka, porque “es muy representativo del suburbio, uno de los sitios con más criminalidad y refleja a la perfección el conflicto” en el que vivimos, comentan. Este disco surge como una reacción a la situación actual y donde radica un mensaje radical pero positivista: “hay que intentar hacer algo más importante, no llorar porque ya no puedes pagar el Mercedes o la cuenta de teléfono, cámbiate, compra cosas más pequeñas que puedas pagar”… vive en definitiva el día a día. Komba es también un ritual funerario angoleño. Una vez muerto, al difunto se le celebra una fiesta donde se reúne toda su gente: “La idea principal tiene que ver con la celebración de la vida, que tú estes muerto y eso sea motivo de tu after-live con todo el mundo vacilando en una fiesta que han hecho para ti y tú no estás, no está bien”, ríen, “el disco es esa celebración de intentar motivar a las personas para que hagan lo que les gusta y se olviden de la crisis. Hay que disfrutar algo más la vida, hacer lo que te gusta realmente, es como cuando te dicen que te quedan 6 meses de vida y haces todo lo que te queda por hacer, Komba es eso, que esos 6 meses sean toda tu vida”.

Para este disco estuvieron encerrados trabajando casi un año entero, “en tener una idea y tratar de concretarla. Tocamos intensivamente desde que esto empezó y tuvimos que parar. Quisimos hacer un disco desde el punto de vista de una banda, el anterior (Black Diamond, 08) era más de tres productores al que añadíamos voces. Esta es la parte más bonita de nuestra vida, mirar un disco ya hecho y salir a tocarlo”.

Que Don Omar tenga una canción llamada Kuduro debe bastar por sí misma para señalar que el kuduro ha muerto, o que por lo menos, aunque Buraka Som Sistema no reniegue de él, sí lance una rebelión contra todo ese boom. De hecho la canción que cierra el disco, Burakaton, que no tenía vínculo con las demás y por eso aparece como bonus track, “es una reacción a todo el tema de kuduro. En el universo Buraka es importante hacer que una canción funcione a nivel internacional, lo menos folclórica posible no sea que en dos años tengamos que ir a la India, o a hacer algo con una kora debajo de una palmera”, comentan con sorna. “Eso existe claro, pero no representa a un país con ciudades, con ordenadores que está todo el día pegado a internet, lo que hace casi todo el mundo, no sólo Madrid o Lisboa; somos un producto de la parte de ciudad o urbana de los países que supuestamente no tenían parte urbana”, y por eso su música suena desde Brasil a Japón, de Angola a Portugal, Alemania o España. “Ser número 1 con Kalemba en ventas digitales fue un fenómeno, algo que ni estaba conectado con Black Diamond. Evitamos mucho aprovecharnos de una canción y es probable que nunca más vamos a tener un éxito como Kalemba. ¿Y qué? Pudimos tocar muchos conciertos aquí pero era irreal vender un producto en el que no creíamos, preferíamos tocar en el Sónar que en el FIB…”

Y esperan por eso que se quiten con este disco la etiqueta de mejor música rara de MTVs y demás canales. “Tenemos una fórmula donde podemos cambiar, el estilo, el bpm… pero seguimos teniendo identidad y llegar a un estrato de público que aún no nos conoce y le podemos gustar”. En febrero les tendremos en nuestro país (día 17 en sala Arena). buraka.tv