Con una portada que no hace justicia al peso de la música a la que representa, Smith se une a Kevin Chown, Ed Roth (con el que ha compartido hazañas junto a Hughes) y Jeff Kollman para, por medio de un tremendísimo funk instrumental, y partiendo de la raíz The Meters, recuperar un vitalismo que los Peppers no encuentran hoy en sus sesiones de estudio.
Chad, de todos modos, juega con el centenar de influencias que le han bañado en su crecimiento como instrumentista, y por ello en ‘Need Strange‘ escuchamos el eco de John Bonham atacando ‘Trampled Underfoot‘. ‘Into The Floyd‘ homenajea los pasajes atmosféricos de los británicos Pink Floyd en una jornada relajada, mientras ‘The Battle For Ventura Blvd.‘ representa las cotas más altas del jazz ochentas que buscaba en sus bajos y baterías nuevos paraísos masticados anteriormente por Weather Report o Deodato. ‘Pig Feet‘ es sin duda deudor de la esencia de esos The Meters ya citados, al igual que algo acaramelado por una retrotracción a las teclas de The Crusaders. ¡Y cuidado con el extenso y casi experimental bonus track ‘Status Spectrum‘!
El disco que pedíamos a gritos todos aquellos que no le vimos la gracia a esa curiosidad llamada Chickenfoot —por más que ellos se empeñen en jurar y perjurar que son una banda dispuesta a recorrer un largo camino lejos de proyectos de ocasión—. Bombastic Meatbats nos acerca a un Chad Smith cuya misión ahora es tocar lo que le sale del alma sin preocuparse por si alguien le mira mal, soltando tanta pasión y jugo como el derrochado junto a su ya amigo íntimo Glenn Hughes.
Sergio Guillén