A estas alturas pocas presentaciones necesita este tipo. Este es ya su tercer trabajo, además de algunos directos y otros a medias con varios músicos, y de su antigua banda Hot Water Music poco queda ya en su música. Lo que aquí vamos a escuchar es poco más que la voz y la guitarra de Ragan, algunos violines, un contrabajo y unas pocas voces adicionales, amén de los invitados de turno: Brian Fallon (Gaslight Anthem), Frank Turner, Chris Thorn (Blind Melon), Audra Mae y Chris Phillips (Squirrel Nut Zippers). Folk clásico, en la línea de Dylan y Springsteen. La fórmula no es ni mucho menos nueva y desde hace un tiempo además no dejamos de asistir a montones de lanzamientos con estos sonidos. Pero el caso de Chuck Ragan aporta un punto distinto: sus temas tiene una carga emotiva enorme y combina acordes básicos magistralmente para crear auténticos temazos.
El álbum comienza con toda una declaración de intenciones: Nothing Left to Proove, con uno de esos estribillos que ya empiezan a ser marca personal, porque si recuerdan a alguien es al propio Ragan de The Boat o Glory. Nomad By Fate eleva el listón un poco más, con uno de esos estribillos concebidos para corear bien acompañado por el violín. En esta senda de rasgueos rítmicos y apresurados también se encuentran Wish On the Moon o la estupenda Valentine, pero también hay espacio para tiempos medios y lentos. Y ahí tenemos Come Around, con unos magníficos y pegadizos coros; Seems We’re OK y Right as Rain. Los cortes se van sucediendo sin que apenas nos percatemos del paso del tiempo, pero en algún momento hay que llegar al final y este es sin duda casi mejor que todo el camino recorrido. Meet You in the Middle es uno de los temas más conseguidos, si es que verdaderamente es posible resaltar unos sobre otros en un disco como este. La última, Lost and Found, además de ser otro enorme tema, alberga una pequeña sorpresa: a los cinco minutos de finalizar este tema encontramos una canción oculta. Una costumbre muy popular hace años que poco a poco dejó de serlo y, oye, la verdad es que es agradable encontrarse de vez en cuando con estas cosas, sobre todo si es con temas como con el que Ragan cierra el álbum.
Cuando, casi mensualmente y durante años, uno se encuentra siempre con grupos que intentan mezclar varios géneros, que recurren al uso de instrumentos ajenos a la música que practican e, incluso, con auténticos disparates destinados a buscar mayor grado de “originalidad” posible; se empieza a agradecer bastante encontrarse con discos menos pretenciosos. Y de esta forma, uno acaba por no tener un ápice de objetividad con artistas como este, que son capaces de componer grandes trabajos con tan sólo una guitarra.
Chuck Ragan interpretando en directo temas de Covering Ground en una sesión para Wolfgang’s Vault.
Chuck Ragan
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Texto: Juan Manuel Vilches
Chuck Ragan — Covering Ground (2011)1 thought on “”