“Eh, Madrid“. A las nueve de la noche salían unos puntuales Marillion al escenario de un Hotel Auditorium que completó su aforo en sus tres cuartas partes. Una buenísima entrada para un grupo con un tirón medianamente mediático en España. Abrieron el concierto con “Go!“, primera canción de su último disco “Less Is More“, un precioso tema en el que ya deja flecos de grandeza la calidad vocal de Steve Hogarth, cantante del grupo desde 1989. Un frontman siempre ocurrente, que conecta fácilmente con el público y cuya voz silencia la de Fish, su predecesor, al que en ningún momento se le echa en falta. Del último trabajo sonaron, además se la citada y en riguroso orden, todos los temas del disco: “Interior Lulu“, “Out Of This World“, “Wrapped Up In Time“, “The Space“, muy jazzística y con preciosos cambios de ritmo, “Hard As Love“, “Quartz“, “If My Heart Were A Ball“, también muy jazzística y con la que el público se animó a participar, “It’s Not Your Fault“, “The Memory Of Water” y “This Is The 21st Century“.
Cumplida la hora y media de concierto ocurrió algo que a mí me llamó la atención ya que era la primera vez que lo vivía. Aunque si usted es de Pamplona sabrá de sobra que en septiembre en los “sanfermines chiquitos” la gente va a los toros y tras el arrastre del tercero el festejo se detiene y la gente merienda. La corrida se reanuda al cabo de un rato con el cuarto toro. Y eso fue lo que pasó. El concierto se detuvo para que veinte minutos después de que el público saciara sus necesidades tanto fisiológicas como de merchandising, los británicos volvieran al escenario descansados y dispuestos a darnos un poco más de lo mejor de ellos mismos. En esta segunda parte del concierto se dieron cita clásicos como “You´re Gone“, que tardó dos acordes en caldear el ambiente, la preciosa balada “Beautiful“, o “Eighty Days“, tan pasional y tan llena de sentimiento como en “This Strange Engine“, el disco que la incluye. Incluso se atrevieron con una pequeña introducción del tema “Carmen“, del parisino Georges Bizet, que la gente aplaudió a rabiar.
¿Y el público? Siempre entregado, obediente y muy participativo. Porque el público de Madrid tiene una virtud y dos defectos: la virtud es que arropa a sus ídolos como nadie; no he visto nunca un público más entregado que el público de Madrid. Los dos defectos son que es un público muy impuntual e irrespetuoso con los que si lo somos. Siguiendo con el simil taurino no estaría de más que se impidiera entrar a la gente en mitad de las canciones para no distorsionar ni la magia del ambiente ni la atención del grupo y del resto de los asistentes.
Y nada más. Quizás se echaron en falta la apoteósica “Kayleigh” y algún que otro tema de su tercer exitoso álbum titulado “Misplaced Childhood“. Aunque tampoco importó demasiado ya que después de tres horas de disfrutar como niños con zapatos nuevos, Marillion – Steve Hogarth, voz y teclado, Steve Rothery, guitarra, Pete Trewavas, bajo, Mark Kelly, teclado e Ian Mosley, percusión -, volvieron a salir por la puerta grande de un auditorio cuyo sonido fue inmejorable, muy acorde con la calidad instrumental del grupo.
Disculpen por la calidad de la foto pero cuando a uno le colocan en la fila 28 — de 29 que tiene el auditorio — y en el asiento 59, no se puede hacer más.
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Yo quería destacar del concierto el buen sonido y la combinación de momentos tanto en acústico como en eléctrico. En otro orden de cosas hay que decir que happinnes is the road no la tocaron, fue wrapped up in time, de ese disco. Supongo que te referias a You´re Gone de Marbles. En cuanto a Kailegh cualquiera que siga a Marillion en los últimos años sabrá que no la tocan en directo salvo excepciones como el pasado Marillion Weekend. En su lugar, y para los nostálgicos de Fish, decir que tocaron Sugar Mice, del album Clutching at Straws, que junto con ESTONIA (This Strange Engine) fueron los momentos mas mágicos del concierto en mi opinión. En definitiva un lujo volver a ver a nuestros Marillion que han dado la talla como siempre desplegando sentimiento y magia en sus conciertos
Un Saludo
Tienes razón. La verdad es que no sé como se me pasó poner esa canción ya que como bien dices ni siquiera la tocaron. Un lapsus. Ya he mandado corregirlo. Muchas gracias.
hola muchachos!!
yo todavía estoy en estado de shock por el concierto del viernes 13. Es impresionante la calidad de este grupo, tanto musical como humana (me quedé a dormir en el hotel y a la mañana siguiente me firmaron CD y deparé con los integrantes del grupo... que gente más amable y accesible !!).
Un pequeño detalle, Steve Hogart se arrancó con el piano el solito a tocar Kaileigh.... pero solo cantó las tres primeras estrofas... a lo mejor se arrepintió y decidió cambiar de tercio...
un saludo