Primary Colours es el segundo disco de The Horrors. Si lo juntamos con su debut Strange House (2007) lo único que podemos sacar en claro es que esta banda es, por el momento, inclasificable. Parace ser que el libre albedrío que les gobernaba en sus inicios y que resultó en algunos conciertos caóticos es cosa del pasado. The Horrors atacan con una segunda tanda de canciones con un estilo totalmente distinto -adiós al garage- pero manteniendo su peculiar estética, que definen como un ejercicio de branding, si bien es cierto que si vales la pena, te mantienes arriba sea cual sea tu aspecto. Dejémoslo en asuntos de marketing.
“Mirror’s image” inunda la apertura del disco con un sonido atmosférico totalmente nuevo en los ingleses. Se escuchan toques melódicos de órgano acentuados por un fondo repetitivo que se nubla por momentos bajo una batería ruidosa. “Three decades” repite la fórmula anterior: ambiente noise roto por la voz de Faris Badwan. En “Who can say” encontraremos uno de los mejores temas del disco, fruto de una melodía fácilmente recordable, aunque el momento monólogo del cantante a media canción lo descarta como hit público, remixes aparte. Llegados a este punto podemos saltar sin remordimientos al último tema, porque el resto de canciones son las popularmente denominadas “de relleno”, a excepción de una pausada y larga “I only think of you” y de “I can’t control myself”, tema que nadando de nuevo contracorriente considero descartable y que parece que está ahí solamente porque engancha con su anterior trabajo, pero no pinta ni poco en este.
Así llegamos al cierre del disco, en el que toca hacer autocrítica. Nunca es agradable rectificar, pero -en verdad- es justo y necesario. Cuando salió “Sea within a sea” como single de promoción no lo traté como debía, quizás por resquemor por el pequeño pufo que fue su primer disco luego de un genial hit como “Gloves”, o porque esos días estaba reescuchando intensamente el mítico e incomparable The Doors (1967) y la horror-psicodelia me supo a poco. Qué más da, toca entonar el mea culpa porque “Sea within a sea” es con diferencia lo mejor de todo el disco, pero difícilmente vendible a las masas por su larga duración. En este gran corte es donde se ve totalmente la influencia de Geoff Barrow, miembro de Portishead y productor de Primary Colours.
En conclusión, nuevos Horrors, que ahora se decantan con acierto por la psicodelia, un mercado poco explotado en la actualidad. Salvo algunas canciones ya nombradas, el disco no acaba de calar del todo pero apunta muy buenas maneras y se intenta introducir en la categoría de intemporal. Si siguen así el tercer largo será un bombazo.
Crítica de “Primary Colours” de The Horrors1 thought on “”
ash pues yo digo ke el segundo disko no tiene nada d HORRORIFICO
y sinceramente a mi me gustaba su antiguo disko y estilo d gritar y su garage…
ahora kmbiaron ya no tienen ese tok garage u horrorifico, ahora c parecen mas a joy division… pero ps esta es solo otra doxa mas otro punto d vista…