Crónica Aloud Music Festival — Barcelona — Del 07 al 09-02-2013

Si existe un sello en Barcelona que apuesta con convicción y coraje por la música este es sin duda Aloud Music. Una década de arduo trabajo y arriesgadas apuestas por formaciones tan atrevidas cómo de calidad bien merecían un digno homenaje; por este motivo, el hecho en sí mismo de un autogalardón en forma de celebración, cómo ha sido este Aloud Music Festival, se convirtió en una cita indispensable para seguidores de las bandas participantes y fieles del sello.

Sala Sidecar – Jueves 07/02

Para la celebración del festival, la organización optó por ubicar los escenarios en tres salas diferentes, repartidas por días. La sala Sidecar fue la encargada de abrir la primera jornada del evento; con su aire a los CCGB y su tradición histórica dentro de la tradición rockera de la ciudad, el local era uno de los indispensables para la programación de uno de los días.

El quinteto barcelonés Syberia fue el encargado de abrir el festival para ofrecer unos 60 minutos de combustión espontánea sonora que rompió la gelidez de los inicios de concierto cómo un martillo rompería un cubito de hielo medio derretido. Post-rock con ascendencia stoner que supuso un buen preludio a una de las bandas más interesantes de todo el festival: Cuzo. Lo de estos chicos es de órdago… psicodélico pero de órdago. Su desparpajo musical, dentro y fuera del escenario, magnifican a la música instrumental, dotándola de un concepto mucho más vivo e intenso. Con ellos se fueron otros 60 minutos y el preludio de lo que parecían ser dos días de disfrute aún por acontecer.

La [2] – Viernes 08/02

Cambio de día y cambio de escenario. De Sidecar a la Apolo, pero hasta la [2] de momento, que la hermana mayor se reservaba para el día de clausura del festival. Nos encontramos en el día del interludio, el que se antojaba más flojo según la previsión de ventas anticipadas pero, paradójicamente, el más cargado de nombres artísticos: Stories from the lost, Giardini di Miró, Yndi Halda, The Samuel Jackson Five y Powder! Go Away.

Los primeros en sonar fueron los belgas Stories from the lost, que se presentaban en Barcelona abanderando al sello que organiza el festival de post-rock más importante de Europa: el Dunk! Festival (Dunk!). Una apertura en esencia oscura, dura y visualmente sobria. Un inicio que cogió fría a la mayoría pero que cumplió en expectativas y sonido.

Cómo punto y aparte actuaron Giardini di Miró, primera formación que acompañaba las melodías con letras cantadas en lo que había dado de sí el Aloud Music Festival hasta la fecha. Llegados desde Cavriago, el sexteto italiano de indie-rock mostró un repertorio enigmático, repleto de una gran fuerza musical que logró embelesar a los asistentes a través de una música repleta de matices, decorada con cuerdas y vientos.

Yndi Halda fue la banda británica de la noche; su presencia sobre el escenario era una de las más esperadas por parte de un público que ya había bajado todas sus defensas y se dejaba arrastrar por la corriente. Sobreponiéndose a unos problemas técnicos que fueron obviados por el público casi al instante, los ingleses lograron convertirse en unos de los principales protagonistas de la jornada gracias a un directo sencillo pero carismático y a una empatía que conjugó a la perfección con la predisposición de los presentes.

The Samuel Jackson Five y Powder! Go Away pusieron la contundencia para cerrar una velada en la que los horarios, y tal vez la excesiva programación, motivaron a algunos de los asistentes a desertar antes de hora. Una verdadera lástima.

Sala Apolo – Sábado 09/02

Como despedida y cierre del festival, un gran cartel en una gran sala. Si se le ha de buscar algún pero al evento quizá se podría destacar la temprana hora de inicio de la jornada (19:30), algo a lo que no estamos (bien)acostumbrado el público asistente en España.

Muchas eran las ganas de disfrutar de los otra vez reunidos miembros de The Joe K-Plan, Mario y César. Dentro del concepto instrumental que daba sentido al AMF (Aloud Music Festival), se echaba de menos un poco de rock energético concebido con la tradición de las estructuras básicas y directas. Dos instrumentos (guitarra y batería) que generan el sonido de toda una orquesta, mientras la presencia de ambos músicos es más que suficiente para llenar un escenario e impedir que las miradas se aparten de su presencia.

Con una apertura tan espectacular la papeleta quedaba relegada a una de las dos formaciones más esperadas de la noche: Lisabö. Aceptando el envite, el grupo saltó a escena con la misma voracidad que un león después de una dieta involuntaria; ¡y público había para devorar! Una sala casi llena disfrutó y bailó con un frenético directo que lobotomizó las mentes allí presentes, descontextualizando el concierto para situarse en un plano de individual olimpo. Música visceral interpretada con sinceridad corporal para el goce y deleite de oídos y miembros inquietos. Lisabö ofreció un concierto tan potente que casi hizo olvidar que Toundra aún restaba por aparecer… pero apareció.

Gran expectativa para ver en directo a una de las formaciones madrileñas instrumentales más interesantes de la escena actual. Toundra estuvieron mucho más comedidos que sus antecesores, aunque su directo no fue, en absoluto, una mera aparición presencial. Enérgico, directo y libre de artificios, el trío se presentó acompañado de una formación de vientos que tuvieron que situarse al fondo del escenario, cediendo todo el protagonismo a los artífices y creadores de tan interesante proyecto. El suyo fue un más que digno final a tres días de incandescencia rítmica en los que los habitantes de Barcelona notaron temblar el suelo bajo sus pies.

No quisiera concluir el artículo sin, al igual que hicieron todos los artistas participantes, felicitar al equipo de Aloud Music por la genial organización y por esta década de sinceridad musical.

Crónica: Raül Ruiz / @raulrga