Apenas se ha terminado enero y ya he asistido a uno de los que seguramente estén entre los mejores conciertos del año. Así, de primeras. Y es que lo que nos ofrecieron en la sala Changó Àngelus Apátrida y Ultra Violence no tiene nombre.
Sabíamos que lo que nos tenían preparado iba a ser grande, no en vano tanto la noche de Madrid como la de Barcelona iban a formar parte de un DVD que pondrá colofón a la gira de Hidden Evolution. Y la respuesta del público no tardó en llegar, sold out en ambas fechas.
Los italianos de Ultra Violence saltaron al escenario con ganas de generar los primeros pogos y circle pits con un festival de thrash metal de lo más clásico, eso sí con un claro carácter enérgico que a todos los presentes sorprendió. Destacable su actuación con tonadillas como “Lost in decay“, que propició uno de los primeros pits en la sala.
Tras una gran actuación de los italianos comenzó el plato fuerte de la noche. Guillermo y José, junto a David y Víctor, salieron a escenario a comérselo, literalmente. Desde el primer segundo de concierto no bajaron la intensidad del mismo ni un instante, algo que es muy complicado de ver hoy en día.
Dos horas de show que comenzó a ritmo de “You can’t bring me down” de Suicidal Tendences. Temas para todos los gustos, con canciones que hacía mucho no tocaban. El show comenzó con “Inmortal” y su declaración de intenciones “Venimos desde Albacete y queremos hacer historia…“. A continuación “Violent dawn” y “Hidden evolution” fueron el perfecto campo de cultivo para el primer pit de los manchemos en esta noche para el recuerdo. “Vomitive” arrancó los primeros pasos de mosh entre los asistentes, que coreaban el estribillo de la canción como posesos, haciendo del título del tema una festival atronador de voces pidiendo caña y leña. Y es lo que obtuvieron.
Comenzaron entonces los primeros osados a subirse al escenario y lanzarse sobre el público, a practicar crowdsurfing, con los personaje más pintorescos, joven vestido de pollo incluido. “End man” y “Fresh pleasure” continuaron la noche en la que hubo también tiempo para repartir pequeños vasos de cerveza artesanal que el propio David y compañía procesan.
Y finalmente llegó el turno de los valientes, el turno del wall of death de la noche. “Give ‘Em War” dio el pistoletazo de salida a uno de los momentos más frenéticos de la noche, donde todos y cada uno de los asistentes que se encontraban en la parte baja de la sala no cejaron en su intento de convertir aquello en una verdadera guerra de empujones.
Entonces empezó la locura, la gente comenzó a subirse al escenario, tirándose al público sin parar, los albaceteños estaban entonando “First world of terror“, y todo reventó. La locura se apoderó de la sala, no había ni un alma que no estuviera gozándolo allí, y un servidor pensando en todo momento, “Joder ya era hora que estos chicos llegasen al Olimpo del metal con conciertos como este“. La noche tuvo para todos, incluso para Trump, al que se le recordó instantes antes de “Versus the World“.
Tras esto, la banda aprovechó para sortear una de las dos guitarras de Jackson RRXT que se ofrecerán para los asistentes de Madrid y Barcelona.
Era hora de la traca final. “Blast Off” con recuerdo a su gran amigo y fan de la banda Alberto Paredes, “Serpents on Parade“, plagada de rápidos riffs, “Thrash Attack” con un escenario plagado de público y finalmente el himno ya de la banda, “You are next“, poniendo el colofón a uno de los serios aspirantes a concierto del año, ¡y esto acaba de empezar señores!
La noche se cerraba dándose un baño de multitudes a la salida del recinto con todos sus fans. Creo que esa noche tuvieron que irse a dormir (el que durmiera) con una gran sonrisa de oreja a oreja, algún que otro moretón y muy felices de haber vivido algo así.
Fotos y texto: Héctor H. Vila