CIUDAD: Barcelona
LUGAR: Estadi Olímpic
GRUPO: AC/DC
DURACIÓN: 120 minutos
INVITADO: Vintage Trouble
El poder de convocatoria de AC/DC no admite comparaciones, con las entradas agotadas desde meses atrás, los australianos se presentaron en la montaña de Montjuïc de Barcelona para ser aclamados como “inmortales del hard rock” y elevarse al Olimpo de los dioses en el mismo lugar donde en 1992 un puñado de deportistas también alcanzaron la gloria eterna.
Una presentación de AC/DC, más de 40 años después de su fundación, trasciende en lo musical y pasa a ser en un auténtico ritual que los seguidores del grupo preraran con la suficiente antelación una vez conseguida la ansiada entrada. Al igual que se suele programar con amigos y/o familiares ir de acampada o cualquier otra aventura colectiva, la gente aprovecha la excusa de la presencia de AC/DC en su ciudad o país para juntarse y vivir una experiencia única con el hard rock como telón de fondo y el grupo australiano como protagonista principal.
De esta forma, no fue extraño descubrir en los alrededores del Estadi Olímpic grupos humanos de lo más diverso; desde los habituales colegas heavys que no pueden perderse este tipo de convocatorias, hasta los más “veteranos” quienes ya casi han abandonado los vínculos musicales de su juventud pero que se permiten un momentáneo retorno al pasado cuando se trata de AC/DC, ya sea junto a otros amigos en su misma condición o con sus hijos, para que se mantenga la tradición. Asimismo, no faltó un buen número de extranjeros que aprovecharon su estancia turística en Barcelona para añadir el recital a su agenda. Incluso, hubo quien aprovechó para “matar dos pájaros de un tiro” y todos llevaban apellidos vascos; se trató de los seguidores del Athletic de Bilbao, quienes aprovecharon el viaje para disfrutar de su banda favorita un día antes de que Messi les robase el sueño de ganar la Copa del Rey en otro estadio de la ciudad, el del FC Barcelona.
Con estas premisas, el recinto que albergó los Juegos Olímpicos de 1992, registró un llenó absoluto con alrededor de 50.000 personas dispuestas a entregar su entusiasmo a las primeras de cambio.
EL INICIO
Con la noche posándose sobre los presentes y, una vez apagadas las luces, fue evidente que la persona que tuvo la idea de comercializar los cuernos intermitentes merece todo el reconocimiento a su brillante genialidad porque, si algo resaltaba en el recinto, eran las miles de centelleantes lucecitas rojas instaladas en la cabeza de los seguidores de Angus Young y compañía.
Como es ya habitual en los conciertos de AC/DC, un video sirvió de introducción para poner en trance a los presentes; en esta ocasión se trató de un meteorito que ocultaba en su interior el nombre del grupo y que, después de asustar a unos despistados astronautas al pisar La Luna, se dirigió hacia La Tierra arrasando con todo, incluso con el pasado de la propia banda, destrozando la campana y el tren, protagonistas en otras ocasiones. Una vez terminado el video, explosiones por doquier y aparición de los componentes en un escenario más sobrio que en otras ocasiones pero, visualmente, igual de efectivo, con dos pantallas verticales a ambos laterales y otra horizontal detrás del escenario incrustada entre un enorme arco con cuernos.
Los compases de “Rock Or Bust” causaron un efecto inmediato entre la masa humana que al unísono aclamó a sus “dioses” y se entregó por completo a la fiesta pagana de hard rock durante dos horas que se hicieron cortas.
Los australianos, fieles al inmovilismo que ha caracterizado su trayectoria, no aportaron sorpresas en su set list. “Tiraron” de clásicos para contentar a la mayoría y, con las obligadas concesiones al nuevo trabajo que presentaban, confeccionaron un repertorio tan convencional como efectivo.
Además del tema título, “Play Ball” y “Baptism By Fire”, fueron los temas representativos de Rock Or Bust, que no pasaron de aceptables si los comparamos con las composiciones de los álbumes de su mejor época, las que se constituyeron en la columna vertebral de la actuación con Back In Black a la cabeza, del que tocaron cinco temas. Solo la inevitable “Thunderstruck” y “Rock ‘N’ Roll Train”, rompieron la tendencia clásica.
La puesta en escena siguió los cánones establecidos desde hace tiempo. Cuando sonó “Hell Bells” apareció la enorme campana detrás del escenario, pero Brian Johnson ni se molestó en coger el martillo para golpearla como hacía en su primera gira con los hermanos Young, allá por 1981. Tampoco faltó la presencia de Rosie con sus voluptuosas formas cuando sonó “Whole Lotta Rosie” y uno no pudo dejar de tener un pensamiento para el fallecido Bon Scott y la experiencia sexual que provocó que escribiera una canción al respecto. Y, por supuesto, los cañones estuvieron en la despedida para que la ceremonia fuese completa. Ni más ni menos de lo que un seguidor de AC/DC espera.
Y… qué decir de quienes consiguen que la gente pasase un par de horas maravillosas evadiendose de la cotidiana realidad en estos tiempos tan jodidamente agobiantes. Pues que cumplieron con las espectativas. Evidentemente, Angus Young se constituyó, una vez más, en la pieza principal de la perfecta maquinaria de crear hard rock aditico en la que se convirtió hace ya muchas lunas AC/DC.
El pequeño de los Young se desgastó en el escenario aportando su convulsivo frenetismo con la guitarra entre sus manos, acaparando el foco de atención durante amplias fases de la actuación y dejando casi para el final sus obligados y esperados ejercicios solistas cuando interpretaron “Let There Be Rock”, el tema final antes de los bises, y luego al regresar a escena para tocar el tema que nunca puede faltar, “Highway To Hell”.
Por su parte, Brian Johnson, camino de los 70 años, conserva la voz tal cual. Siempre tuvo ese tono forzado, algo que le biene muy bien en la actualidad para que no se detecten anomalías en su garganta con respecto al pasado. Asimismo, las incorporaciones de Chris Slade y Stevie Young en batería y guitarra reemplazando respectivamente a Phil Rudd y Malcolm Young, no tuvo repercusiones notables en la parte rítmica y, junto con Cliff Williams, formaron una tripleta conjuntada cuyo principal mérito fue mantener la cohesion habitual de forma inalterable.
Con los argumentos bien definidos, la experiencia acumulada y un fondo de catálogo donde sobran canciones para escoger, los miembros de AC/DC solo tuvieron que dejar fluir sus respectivas habilidades para ganarse a un público dispuesto a dejarse conquistar siempre que le diesen lo esperado y los australianos, apoyados por un sonido impecable, no fallaron. El ritual ha concluido… ¿habrá posibilidad de repetirlo? El futuro es incierto… Mientras Angus Young aguante…
SET LIST
01. ROCK OR BUST (Rock Or Bust)
02. SHOOT TO THRILL (Back In Black)
03. HELL AIN’T A BAD PLACE TO BE (Let There Be Rock)
04. BACK IN BLACK (Back In Black)
05. PLAY BALL (Rock Or Bust)
06. DIRTY DEEDS DONE DIRT CHEAP (Dirty Deeds Done Dirt Cheap)
07. THUNDERSTRUCK (The Razors Edge)
08. HIGH VOLTAGE (High Voltage)
09. ROCK ‘N’ ROLL TRAIN (Black Ice)
10. HELLS BELLS (Back In Black)
11. BAPTISM BY FIRE (Rock Or Bust)
12. YOU SHOOK ME ALL NIGHT LONG (Back In Black)
13. SIN CITY (Powerage)
14. SHOT DOWN IN FLAMES (Highway To Hell)
15. HAVE A DRINK ON ME (Back In Black)
16. T.N.T. (High Voltage)
17. WHOLE LOTTA ROSIE (Let There Be Rock)
18. LET THERE BE ROCK (Let There Be Rock)
BISES
19. HIGHWAY TO HELL (Highway To Hell)
20. FOR THOSE ABOUT TO ROCK (WE SALUTE YOU) (For Those About To Rock)
CRONICA: LOCKY PEREZ / FOTOS: HECTOR H VILA (Madrid)
Crónica concierto AC/DC (29-05-2015 — Estadi Olímpic (Barcelona)4 thoughts on “”