Este verano Coca Cola está llevando a cabo una de las iniciativas más excitantes del verano, Coca Cola Festival Tour 2010. Un concurso creado a través de Facebook que ha llevado a los ganadores de gira por España en el nightliner en el que suelen viajar las estrellas de la música. Este pasado fin de semana llegaron al Aquasella de Arriondas y el próximo pondrán punto y final a la experiencia en el Creamfields Andalucía. Anteriormente pasaron por el BBK Live, el Low Cost, el Arenal Sound y por supuesto, el Monegros Desert Festival.
Qué duda cabe que si nosotros hubiésemos tenido que escoger sólo uno hubiera sido este último. Pues bien, no podíamos haber sido más afortunados ya que días antes de que tuviese lugar recibimos una llamada de la organización del Coca Cola Festival Tour. Querían que les acompañásemos al desierto y por supuesto no pudimos negarnos. Hemos tardado más de lo esperado en hacer esta pequeña crónica pero ya sabéis, es tiempo de festivales, fiestas, vacaciones y demás jolgorio y éso, unido a diversos trámites y creación de lo que veréis al final de estas líneas, han retrasado todo un poco. En cualquier caso, gracias a todos los que la hicieron posible porque fue una experiencia inolvidable.
Conocer el super-bús me hace envidiar a los artistas más por eso que por las groupies que pululan por sus camerinos. Camas más cómodas que la de mi casa, sofás y mesas sobre las que jugar al póker, teles de plasma, consolas en ambos pisos, neveras repletas y en definitiva, un sin fin de entretenimientos sobre ruedas. Así es como llegamos al desierto de Monegros para asistir el festival de electrónica y hip hop por excelencia en España. Y es que este año celebró su edición número dieciséis logrando mantenerse como una de las citas más populares del Estado a pesar del bajón de asistencia que están experimentando todos los festivales. Más de 40.000 personas venidas de 35 países vibraron en la estepa desértica aragonesa a lo largo de sus 6 escenarios.
En esta ocasión fue, una vez más, absolutamente demencial. Más de veinte horas de música sin tregua que intentaré resumir brevemente aquí. La fiesta comenzó con Luciano y su tech-house fiel al estilo Cadenza aunque alejado del sonido verbenero con el que a veces tiende a desvariar pero con concesiones muy festivas como por ejemplo el cierre, “Revolution 909” de Daft Punk. Por su parte, los reyes de la juerga, 2Many dj’s no defraudaron, si es que alguna vez lo han hecho. Cocktail explosivo de mash ups y bootlegs variados, aunque sin grandes novedades, en los que cayó de todo. Desde Radio Soulwax a Tiga, los Chemicals, Justice, Deadmau5, Erol Alkan a The Clash, Prodigy, Queen, Chimo Bayo, MGMT, etc. Lo de siempre, vaya. Mismo repertorio aunque misma diversión.
Y mientras tanto los madrileños CPV nos obsequiaron con la mejor actuación de hip hop de todo el festival. De lejos, además. Y es que tras la inesperada cancelación de Busta Rhymes, no tenían mucha competencia, para que negarlo. Desgranaron prácticamente todos los himnos de su demencial discografía y desde luego no me excedo si afirmo que fue un concierto histórico.
La pareja Marco Carola y Loco Dice hicieron una de las mejores sesiones de la jornada. Comenzaron con un poderoso Tech-house con tintes deep para acabar desgranando la faceta más festiva de Detroit plagada de subidas y bajadas frenéticas. Poco pudimos ver ya que había que ver por qué Pendulum son cabezas de cartel de festivales de medio mundo. Y después de su actuación, aún nos lo seguimos preguntando. O quizá no tanto ya que, al fin y al cabo, la respuesta está en que la demanda sigue estando asentada, y lo estará siempre, sobre las bases de la comercialidad, la vacuidad mediática y el panfletismo dance. En resumidas cuentas, coge el bakalao pistero de los noventa, melodías y vocales poperas de cualquier grupillo de festival de Levante y un poco de drum&bass de manual y tendrás como resultado al grupo del momento, Pendulum. En su favor decir que sí, que el live está trabajado gracias a una espectacular puesta en escena y una gran conexión entre grupo y público, pero poco más.
Tras ellos hizo acto re presencial el maestro de los maestros, el francés Laurent Garnier. Acompañado de Scan X y todo un arsenal de vientos, teclados y metales, ofreció un live a la altura de los directos legendarios que el genio de la música electrónica ha ofrecido en los últimos tiempos. El set os lo podéis imaginar, lo mejor del “Tales Of A Kleptomaniak” y el “It’s Just Musik” en un torbellino de techno bailongo, jazzístico y lleno de alma. Cerró con clásicos como “Crispy Bacon” o “Man With The Red Face” pero hay un gran pero de su actuación, y es que apenas llegó a una hora por lo que nos obligó a bajar del cielo demasiado pronto.
The Bloody Beetroots Death Crew 77 y Digitalism fueron los encargados de entrar en el podium del electro y es que ambos nos deleitaron con sendos lives apoteósicos. Remixes demenciales, roturas espinosas y bombazos huracanados que nos hicieron bailar como si estuviéramos poseídos. Chapó.
Richie Hawtin hizo una sesión similar a las que nos tiene acostumbrados últimamente. Bombo a todo trapo y linealidad llena de maestría pero carente de alma. Con Adam Beyer pasó lo contrario, obviando o de la técnica puesto que la bestia nórdica de esto sabe también lo suyo. Techno fresco pero rebosante de contundencia con concesiones tan acertadas como “Flash” de Green Velvet. Por su parte, Jeff Mills hizo una de esas sesiones decepcionantes con las que se ha llevado algún que otro pitido recientemente. Más cargadas de pereza que de talento, se limitó a pinchar techno de los suburbios de Detroit que incitó a todo menos a saltar con efusividad. Lo mejor que pudimos hacer fue ir a ver a Popof y a su psicodelia tribal para después ver lo que Mathew Jonson tenía que ofrecer. Y básicamente fue un live en el que predominó su último trabajo, “Agents Of Time”. Tras él, Paul Ritch se rindió a un sonido Tech-house de gran calidad aunque con algún hit que ya era la segunda vez que los escuchábamos esa noche, como por ejemplo “Split The Line“.
Para nosotros, el encargado de poner el broche final de la fiesta fue el orgullo patrio Marc Marzenit. De hecho, no imagino un mejor final para el Monegros 2010 que esa maravilla llamada “Spheere“. Tras un breve descanso en el Sleeper pudimos ver que el recinto aún estaba muy lleno pasado el mediodía del domingo y que los beats seguían levantando polvo del suelo pero la noche había sido muy larga y el momento del merecido descanso había llegado. No sin antes despedirnos hasta el año que viene, por supuesto. Y lo más importante, mostraros en imágenes lo que fue el Coca Cola Festival Tour live at Monegros, así que aquí lo tenéis:
Texto: Javi JB
Fotos: Pat Blanco