Crazy Town encarna a la perfección el concepto del one hit wonder. Es decir, un grupo que lo peta a lo bestia con una canción y después cae irremediablemente en el olvido. El caso que nos ocupa se trata de un grupo de rap metal de Los Ángeles que surgió en el momento propicio: a finales de los noventa. Una época en la que todo era diversión y descubrimiento, Internet aún no marcaba nuestros pasos y las cadenas musicales como la MTV o la VH1 eran las que nos decían lo que molaba y lo que no. Una de esas tardes de desenfreno adolescente escuchamos por primera vez un single llamado “Butterfly“. Buen rollo instantáneo y elevado a la máxima potencia. El sample de “Pretty Little Ditty” de Red Hot Chili Peppers sobre el que rapeaban chorradas un par de flipados simplemente nos cautivó. Y es que la carta de presentación de Crazy Town no pudo ser más efectiva y ese anzuelo lo picamos más de dos millones de personas al comprar su disco ‘The Gift of Game‘. El resto del tracklist era bastante mediocre pero hay que reconocer que en esa época tampoco éramos demasiado exigentes, así que Crazy Town se convirtieron en omnipresentes en cada cinta recopilatorio que grabábamos para nuestras particulares verbenas.
Tras ese disco vino otro llamado ‘Darkhorse‘ que consiguió algún éxito de lo más discreto en forma de single, pero ya no había mucho que hacer, la burbuja del nu metal ya había petado y no es que Crazy Town andaran rebosantes de talento como para lograr reinventarse. Se separaron, claro. Al poco tiempo dos componentes murieron: Rust Epique de un ataque al corazón y dj AM de una sobredosis después de que sobreviviera a un accidente de avión junto a Travis Barker, batera de Blink-182. El resto realizaron diferentes proyectos que pasaron sin pena ni gloria hasta que hace un año lanzaron un disco llamado ‘The Brimstone Sluggers‘ que dudamos que alguien haya escuchado entero. El caso es que debieron pensar: oye, ¿y si exprimimos el poco nombre que queda a Crazy Town y nos sacamos unos dólares? Al fin y al cabo, tampoco tenemos nada mejor que hacer. Dicho y hecho, de vacaciones a Europa, y este verano de gira por Estados Unidos junto a otras viejas glorias del chandaleo como Alien Ant Farm o Saliva.
La primera fecha fue en Madrid. Primero iba a tener lugar en Penélope aunque finalmente fue en Lemon. Todo apuntaba a que la asistencia no iba a ser masiva. Uno podría pensar que era por ser un jueves de verano en la capital, pero más bien fue porque ya nadie se acuerda de ellos. Miento, cuarenta personas sí que les recuerdan. Aunque el mayor bajón fue lo que nos encontramos al mirar al escenario: un ordenador y una mesa de mezclas en lugar de una batería. No tardamos en percatarnos de que solo se habían apuntado a la fiesta Seth Binzer (mejor conocido como Shifty), un rapero llamado Boondock y el dj Rick Dixon. Por no venir no vino ni el otro único miembro original de la formación, el rapero Bret Mazur, Epic para los amigos, que se ve que está a otras cosas y pasó del tema. En fin, que la cosa prometía más bien poco, pero cuando uno va a pasárselo bien se adapta a las circunstancias, así que eso es lo que hicimos para recibir con una sonrisa a los tres pataliebres.
Envueltos por una espesa niebla artificial que ayudó a disimular un poco la ausencia tanto de banda como de público, el trío salió bastante motivado y comenzó a disparar temas de toda su discografía en lo que se convirtió en una mezcla de karaoke y playback. El dj no se limitó a poner las bases para que los dos raperos cantaran encima, sino que directamente puso vocales e instrumentación, me imagino que tanto para reforzar las voces de éstos como para cubrirles cuando se ahogaban u olvidaban de la letra, algo que ocurrió de vez en cuando. Desde luego el hecho de que Shifty saliera más borracho que una cuba no ayudó a otorgar algo de dignidad al espectáculo. Fuera como fuese, sonaron desde los temas más reconocibles de su primer disco, como “Darkside“, “Toxic” o “Revolving door“, como de su segundo LP: “Hurt You So Bad“, “Battle Cry” y “Drowning“. Incluso se animaron a rapear alguna de su último trabajo: “Lemonface” y “Megatron“, el único tema en el que realmente colaboró en el estudio el amigo colega Boondock, que todo hay que decirlo, estuvo más solvente, o como mínimo sobrio, que Shifty sobre el escenario.
Aunque había un tema que todo el mundo estuvo esperando, a excepción de un grupo que decidió largarse abochornado a mitad del concierto, y no es otro que “Butterfly“. Imposible no bailar y corearlo con alegría. Todo apuntaba a que esa sería la despedida, pero hubo una sorpresa más, por llamarlo de algún modo: “Starry eyed surprise“, el tema que hizo Shifty en solitario junto al dj Paul Oakenfold y que en su día tuvo bastante éxito. Hubiéramos preferido el otro single de éxito que sacó en aquella época: “Slide Along Side“, muy veraniego y festivo, pero si eso ya lo pinchamos en Spotify. En fin, esto fue todo. La decadencia del nu metal en su máximo esplendor. Hay que decir que tanto el esperpento mutilado de Crazy Town como nosotros nos lo pasamos en grande y es que, simplificando todo mucho, podemos afirmar que al fin y al cabo fue a eso a lo que fuimos.
Una cosa más. Esta gira fue uno de los actos de presentación del Shikillo Fest, un festival que tendrá lugar en el bonito entorno de la Sierra de Gredos del 4 al 6 de agosto y que cuenta con un cartel de grupos tanto nacionales como internacionales verdaderamente interesante. Podéis ver el cartel haciendo clic aquí. Ese evento estamos convencidos de que sí cosechará un gran éxito y allí estaremos para presenciarlo.
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