El recibimiento de prensa y público en las anteriores visitas de Method Man a España fue notable. Primero en el desaparecido Divino Aqualung y después en la sala Old School, logró que las entradas volaran poco después de ponerse a la venta. En esta ocasión ya no era novedad y la pasada visita del rapero neoyorkino era reciente. Pero estamos hablando de Method Man y eso no impidió que el local de Getafe volviera a desbordarse por una generosa legión de fans y unos cuantos curiosos.
Method destacó por encima del resto en los legendarios Wu-Tang Clan, más que por su talento por su carisma, y lo lleva haciendo en solitario desde que publicara su aclamado debut, Tical, en 1994. Es evidente que su popularidad ha decaído desde entonces, pero no lo suficiente como para que la gente deje de acogerle con los brazos abiertos en cada una de sus visitas. En esta ocasión Madrid resultó ser la primera fecha de la gira europea en la que actualmente se encuentra embarcado. Salió con ganas y se comportó, una vez más, como una auténtica bestia sobre el escenario.
Clifford Smith se ajusta a todo lo que debe tener un cantante de hip hop para triunfar: un directo demoledor, muchos amigos como Redman, grandes dosis de jeta, vocación paralela de actor, bastante prestigio y planta y su buen hacer a lo largo de una carrera que logró que fichara por Def Jam a mediados de los noventa. Pero no sólo es eso, claro, también es el creador de una rima afilada que engancha y aunque ninguno de sus discos en solitario es realmente digno de mención, salvo su grandísimo debut, Tical, sigue aprovechándose de la fama que consiguió durante los noventa y la popularidad que ha ido cosechando a lo largo de los años sucesivos gracias a su renqueante carrera cinematográfica. Es una estrella del hip hop, de eso no cabe duda, y disfruta como nadie con ese papel. Al fin y al cabo su historia es la de otros que se miraron en su espejo, como 50 Cent. Un chico del guetto, fruto de una familia desestructurada, que acaba dedicándose a pasar droga en las calles pero que logra encontrar una salida en la música. Y así es como acabó siendo pionero del Rap Hardcore de la Costa Este junto a otras leyendas como Notorius BIG, Onyx o Nas. Pero bueno, basta de clase de historia y volvamos a la sala Old School para recordar lo que fue el inicio de la gira europea de Method Man.
Una vez más, la cita tuvo lugar en la ya familiar sala de Getafe enclavada en mitad de un centro comercial. En esta ocasión los encargados de abrir la velada fueron los navarros Isusko & Sbrv, acompañados por dj Totem. Abrieron para una sala medio llena y aunque receptiva, bastante indiferente. Principalmente se dedicaron a presentar Los Reyes del Underground, y aunque algo inquietos demostraron bastante solidez sobre las tablas. Sin embargo, en esta ocasión desfilaron sin pena ni gloria por Madrid durante la media hora que duró su repertorio.
Tras estos, los teloneros escogidos por Method para acompañarle por el viejo continente, Cilvaringz y Palestine, con dj Sueside a los platos. Lo único por lo que se conoce al productor y rapero Cilvaringz es básicamente por haber estado asociado a la corporación Wu-Tang. Mitad marroquí, mitad europeo, es uno de los pocos raperos europeos que han llegado a codearse como él lo ha hecho con lo más granado del hip hop norteamericano. Pero bueno, el que la sigue la consigue y él no paró de perseguir a RZA hasta que éste, me imagino que por descansar de una vez de su sombra, Tarik Azzougarh, que así se llama, le acogió en el círculo. Y así es como ha terminado girando con Method Man. No esperábamos gran cosa de modo que no nos llevamos ni una decepción ni nada por el estilo. Tanto él como Palestine son dos fans que han conseguido su sueño y que sobre el escenario, hacen lo que pueden. Como principal anécdota la mención a R de Rumba, de Doble V en relación a su colaboración juntos, que además se encontraba entre el público. Fieles al sonido Wu, destilaron unos cuantos temas entre los cuales estuvo su mayor logro, “Woodchuck“, incluido en el Wu-Tang Killa Beez: The Sting de 2002. Su set apenas duró media hora, pero aún así se nos hizo pesado. No obstante, nuestro sopor fue fulminado cuando cerraron con un tema tremendamente desconcertante. Lograron combinar el bakalao más palero que podría haberse sacado de un reducto chumbero del levante español con un rapeo delirante y metrallero. Eso nos mató. Suerte que tuvimos un buen break en el que recuperarnos.
No tardó en exceso en salir Meth al escenario, acompañado por Streetlife y dj Mathematics a los platos bajo una intro menos solemne de lo que merecería. Entró en escena como si tal cosa, ataviado con una chaqueta de cuero llena de costuras y engarces, de esas que valen un riñón y medio. Lo que está claro es que en ese momento no presagiamos en increíble concierto que nos esperaba.
Desde el primer momento Johnny Dangerous conectó a la perfección con la última alma allí presente. Muy comunicativo y espectacular comenzó a fumar canutos de un modo inevitablemente nos recordó a su papel en la hilarante película “How High“. Una chimenea andante que no dejó en ningún momento de enumerar las virtudes de tan homeopático producto natural. Asimismo le dio por probarse las gorras de media sala y hacer monerías como recitar todo el abecedario en español. Paridas que, lejos de resultar tediosas, logran crear un vinculo cómplice entre artista y público que sin duda resulta muy divertido.
El repertorio fue bastante similar al del año pasado. Una cuidada selección de hip hop, a veces más hardcore, a veces más oscuro y minimalista, procedente principalmente de Tical, 4:21…The day after, y el Blackout que comparte con Redman. La mayoría de ellos incompletos y limitados en ocasiones a simplemente sus propios versos. En esta ocasión las explosiones de pistolas fueron sustituidas por los cristales rotos, eso sí. De este modo cayeron como bombas “Problem“, “Method Man“, “Rockwilder” o “Say“, el precioso tema que se marca con la señorita Hill. También nos deleitó con esos bombazos llamados “Shimmy Shimmy Ya” o “Brooklyn Zoo” mientras el caballo se desbocaba de un modo apabullante para llevarnos a lo más alto con ese clásico inmortal llamado “Ain’t Nuthin’ Ta F’ Wit“. El también actor de The Wire, hizo stage-diving llegando incluso a perpetrar un mortal y se abrió paso entre el público para colarse en la barra y llegar a marcarse todo un tema sobre la misma. Fuera de sí cogía los porros pero rechazaba la cerveza, llegando incluso a tirar un vaso completamente lleno sobre un público enfervorecido. Un auténtico animal. Enorme.
Para terminar, homenaje oral a varios de los grandes ya en el Limbo, desde 2pac, a Notorius, Big-L o Proof y un tema final que no rompió como debería haberlo hecho; que no estuvo a la altura del gran concierto que acabábamos de presenciar. Pero bueno, da igual, lo que vimos fue suficiente para poder ratificar que Shakuan God Allah, Method Man o como se le quiera llamar, es uno de los grandes nombres del hip hop actual. Somos unos nostálgicos del murciélago, del sonido y de la esencia de la vieja escuela y por ello visitas como esta, al margen de aquello en lo que se ha convertido una forma sobre la que se escupía con rimas desmembrantes años atrás, nos sigue haciendo sonreír.
Texto: Javi JB
Fotos: Pat Blanco