Hace dos años la cantante de Poliça, Channy Leaneagh, se encontraba rascando el hielo del tejado de su casa cuando, de pronto, un resbalón lo cambió todo. Se rompió una vértebra y tuvo que llevar un aparato ortopédico durante meses. Cuando ocurrió había aparcado su carrera artística. Repartía su tiempo trabajando como asistente de enfermería y cuidando a sus hijos. Sin embargo, la rehabilitación le sirvió para ver las cosas de otra manera en todo un ejemplo de resiliencia. Su médico le aconsejó que reimaginara lo que le había sucedido. Así que en lugar de caer sobre el cemento se vio cayendo en una nube que la propulsó a un fortalecimiento generalizado. Entonces recuperó su identidad dormida. Así es como se concibió el inspirado disco que Poliça vino a presentar a nuestro país: When We Stay Alive. Han tardado mucho en visitarnos. Concretamente la década que llevan como grupo. Pero lo han hecho en el momento preciso, renacidos y trayendo consigo uno de los mejores discos de pop que nos va a dar este año. Hicieron dos paradas, Madrid y Barcelona, con una expectación bastante discreta. No son mediáticos, ni prestan especial atención al marketing, ni su música, por muy melódica que sea, es particularmente accesible. Hacen canciones para melómanos. Y esos ya sabemos que no abundan precisamente. Además, los comienzos en nuevos mercados siempre son complicados, especialmente en el underground, así que no podemos más que agradecer el esfuerzo de todas aquellas promotoras que deciden apostar por artistas poco conocidos aun sabiendo que lo mejor que les puede pasar la mayoría de veces es cubrir gastos. En este caso, Mercury Wheels. No fuimos demasiados, pero el debut de Poliça en nuestro país nos expandió el alma hasta hacer pequeña la sala Caracol.En primera línea sobre el escenario, Channy Leaneagh completamente recuperada y con una cálida sonrisa en la cara. A su lado el bajista y tras ellos dos baterías que redondean un directo que desborda elegancia, matices y profundidad. Abrieron el set esas dos perlas de su último trabajo llamadas “Driving” y “Steady“. La voz de Leaneagh, con efectos vocales o sin ellos, es pura ensoñación. Una de esas voces que hacen que el pop que practican logre un efecto cautivador. Sobre todo por la ambición experimentadora de su creadora, aunque debo reconocer que me atraía más su vertiente electrónica inicial que esta nueva más purista e inevitablemente lineal. “TATA“, “Sea Without Blue“, “Forget Me Now“, “Fold Up“… No se dejaron casi ninguna canción de su último trabajo, aunque la que más derritió al público seguramente fue “Feel Life“, que en directo suena incluso más emotiva que en disco. Por lo demás, seleccionaron algunas piezas testimoniales de sus anteriores trabajamos más recientes, Music for the long Emergency y United Crushers, pero relegaron al olvido a sus dos primeros álbumes, lo que hizo que echáramos de menos piezas clave de su obra como por ejemplo “Amongster“. Hubo que conformarse con un cierre bastante discreto, pero no por ello dedeñable, de la mano de “Trash in Bed“, cara B de “Driving“, antes de un bis compuesto por “Little Threads“, junto al productor y dj Dustin Zahn, que les acompaña en este tour europeo e hizo un soberbio live electrónico previo a la actuación de Poliça. Fue el último concierto que pudimos disfrutar antes del alud de cancelaciones masivas debido a la pandemia del Coronavirus. Fue una bonita despedida. O bienvenida a esta —esperemos que corta- época de oscuridad.