Hay que ver, toda la vida esperando a que este gran grupo de Punk Rock viniera a España y finalmente acabo encargándome yo de la producción del concierto en Madrid. Razón de más para que el nerviosismo antes del concierto se multiplicara. La espera mereció la pena y si hubo que armarse de paciencia para que los norteamericanos cumplieran veinte años y se dignaran a planificar una gira mundial lo suficientemente extensa como para incluir a España, bienvenida sea. O fue, más bien. No obstante, eso estuvo a punto de no ocurrir ya que para que pudieran tocar aquí HFMN tuvo que traerles en avión y así salvar la enorme distancia kilométrica. Pero al final sucedió y fue algo inolvidable.
Los teloneros escogidos para calentar el ambiente fueron las dos bandas madrileñas Kick Out y Rejects. Comenzaron los primeros con la sala a medio llenar y acabaron cuando ya prácticamente había entrado todo el mundo. En cualquier caso, demostraron que son sin duda uno de los mejores nombres de Punk Rock actualmente en España. Cada vez suenan mejor y su puesta de escena está más pulida que nunca. Soberbios y a la altura de cualquier grupo de esos que tienen cabida en los medios de comunicación. De calidad, se entiende. Llevan a formaciones legendarias como Rancid, The Clash o Social Distortion en las venas y estoy seguro de que a estos les honraría saber que hay grupos como Kick Out que han mamado de sus influencias. Aquellos que somos incondicionales del grupo liderado por Álvaro Escribano disfrutamos de sus nuevos temas como niños con zapatos nuevos y canciones como “Band Of Brothers” o el que podría ser considerado el himno de la banda, la pegadiza “Not The Same Kids“, cerró un concierto genial.
Dieron paso a Rejects, unos residuos, tal y como se hacen llamar, bastante conocidos en el circuito street-punk madrileño que a pesar de dar lo mejor de sí mismos no consiguieron enganchar del todo al respetable. Sonaron contundentes y macarras pero a partir del tercer tema se hacen algo repetitivos. Desde luego con una voz más fluida y otra guitarra rítmica su música ganaría enteros. A pesar de todo fueron unos dignos teloneros para lo que se avecinaba después.
Pasadas las 11 de la noche se subieron al escenario los míticos Bouncing Souls. Veinte años obsequiándonos con su punk melódico desenfadado. Infravalorados desde sus comienzos y sobre todo en los últimos años ellos no tiran la toalla porque ya han llegado a donde querían, poder pasar la mayor parte de sus vidas haciendo lo que más les gusta, de un modo tan honesto y auténtico y con seguidores tan acérrimos como los que han cosechado a lo largo de todos estos años. Mayoritariamente al otro lado del charco, claro está. No hay más que echar un vistazo a la carpeta de tatuajes de su Myspace para comprobar cuanta gente les venera hasta el punto de imprimírselos en la piel de por vida.
El comienzo fue sencillamente espectacular gracias a todo un himno generacional, la coreable “True Believers“, seguida de canciones tan míticas como “East Coast Fuck You” y “Sing Along Forever“. Impasible el carismático frontman Greg Attonito, enfundado en un traje chaqueta con corbata rosa chicle incluida , fue descargando un tema tras otra sin perder la compostura en un solo momento. Para algunos esto es un signo de vejez que repercute negativamente en su puesta en escena pero los que le hayan visto tanto en videoclips como en actuaciones en directo a lo largo de toda su carrera sabrán que siempre es así. De hecho, he de reconocer que en esta ocasión se movió incluso más que de costumbre. Se lo estaba pasando muy bien y se notó.
Mientras tanto en el pogo lo mismo había un madurito alcoholizado, que una copiosa chavalería mochilera, que un pobre hombre agachado buscando el móvil durante medio concierto. Lo importante es que todo el mundo se lo estaba pasando en grande, incluso este último.
Al llegar a la mitad del set éste dio un bajón evidente cuando las almas vigorosas hicieron una versión acústica de “Hybrid Moments“, de los Misfits. Eso sí, no fue algo especialmente sorprendente ya que están haciendo un set muy similar durante toda la gira e íbamos con preaviso. Pasado el fugaz declive volvieron a reventar gracias a canciones como “Kids and Heroes“, “Kid“, “That Song“, “Lean On Sheena” o “Anchors Aweight“. Asimismo nos deleitaron con “I think That The World” del nuevo EP y “Gone“, con la que cerraron el concierto.
En definitiva, es cierto que no se dejan la piel sobre el escenario y el sonido no fue tan bueno como debería haberlo sido, pero no importa. Greg canta con gran acierto en directo, son muy receptivos y agradables e incluso atendieron a las peticiones del público. A pesar de que se dejaron algún tema que debería ser tachado de imprescindible, tal como “Fight to Live“, el set list estuvo bastante bien escogido. Además, debido a un error de Trashmark llegó el doble de merchandising del habitual y por eso pusieron las camisetas a 10 euros, algo poco común en estos tiempos en los que los grupos suelen subirse a la parra con los precios. Por este motivo hubo pocas personas, de las 260 que acudieron, que no se llevaron algo.
Fue un verdadero placer pasar una noche de risas y melodías junto a The Bouncing Souls. Yo, personalmente, no me quité esa sensación placentera de cuando acudes a un concierto especial en al menos dos días. Volví a ser trasladado a un pasado musical en el que todo era un poquito menos gris y el color teñía la esperanza y las ganas de vivir.
Javi JB
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