El pasado 13 de noviembre tuvimos el privilegio de asistir a uno de esos conciertos que rara vez se dan en Madrid. Una velada dedicada a la electrónica más bella e introspectiva en un espacio tan reducido como Siroco y gracias al colectivo Indypendientes. El line-up lo completaban Ulrich Schnauss (acompañado de Nat Urazmetova) y los madrileños Crisopa y Promising/Youngster. En un principio también iba a participar bRUNA pero finalmente se cayó del cartel. Hemos de confesar que nos encanta, pero el resto de nombres lograron que no le echáramos de menos.
El primero en coger las riendas de la velada fue Promising/Youngster, seudónimo tras el cual se oculta Diego Cadierno. Nos tiene acostumbrados a sonidos más misterios y esta es la vía de escape en la que proyecta íntimas inquietudes que van del IDM y el ambient al downtempo y el shoegaze. De esta forma nos deleitó con atmósferas melódicas en las que se retorcían bases crujientes y bajos atronadores, logrando como resultado un hermoso, a la par que caótico, ruidismo instrumental. Los visuales de Mucrovision fueron el contrapunto perfecto de una muy buena, aunque brevísima actuación.
Acto seguido fue Crisopa, el proyecto del artista madrileño Santiago Lizón, que este año está celebrando sus diez años de trayectoria musical, y que siempre que se sube a un escenario nos hace disfrutar sobremanera. Desgraciadamente esta no fue su noche, no por falta de inspiración sino de suerte, y es que los problemas técnicos denostaron toda su actuación. Algún problema con el cableado provocó que su directo se interrumpiera hasta en cuatro ocasiones. De todos modos, tal y como le hicimos saber a la salida, a pesar de los frustrantes coitus interruptus que truncaron la progresión, fue una delicia escuchar temas nuevos como “Melting Wax Sculptures” o “I am the lord of these ruins“. Ambient emocional de la mejor calidad. No dejéis de pasar por su Soundcloud para disfrutar con su deliciosa música.
Finalmente, el gran Ulrich Schnauss se subió al escenario para ofrecer la única actuación programada en nuestro país en 2015 para presentar su sexto trabajo, que editará PIAS records en una fecha indeterminada. Procede del norte de Alemania, pero rápidamente se afincó en Berlín y finalmente en Londres, donde reside actualmente. Es músico, productor e ingeniero de sonido. Y sobre todo, tiene un talento enorme para crear sonidos evocadores. Desde siempre ha sentido pasión tanto por os enamoró con su fascinante mezcla de la electrónica de grupos como Tangerine Dream (para el que ahora está trabajando), como el shoegaze de My Bloody Valentine. Con los años lo ha ido puliendo gracias a la incorporación de elementos más indietrónicos, post-rock, dreampoperos y bleep noventero. Recurrimos habitualmente a obras como “Weightless Memories“, “Sirocco” o “Coming Up For Air” y en cada ocasión nos gustan tanto como la primera vez.
Sin embargo, no es eso lo que nos tenía preparado, sino que basó prácticamente todo su set en su nuevo trabajo. Colocado frente a su colega y encargada de los visuales, Nat Urazmetova, en paralelo al público, se concentró en su teclado y el Ableton Live y comenzó a combinar sintes y loops de forma hipnótica. Su música es un paisaje sonoro en el que es fácil adentrarse para evadirse de la realidad, algo que deberían reforzar los improvisados visuales pero que, en este caso, fueron totalmente innecesarios. Ni eran especialmente reseñables, ni estuvieron en ningún momento sincronizados con los temas de Ulrich, aunque, a pesar de eso, no lograron distraernos del viaje. Un viaje retro-futurista deudor de Vangelis, MBV o Tangerine Dream, como citábamos antes, que de la vertiente más ambiental y de shoegazing a la que nos tenía acostumbrados en discos como el que grabó junto a Jonas Munk. En cualquier caso, fue una brillante actuación (solo interrumpida por dos breves petardeos) que no ha hecho sino acrecentar nuestro interés por su nuevo trabajo. Sigue siendo un grandísimo creador de paraísos sonoros. Ahora solo falta que nos visite más a menudo.
Texto y fotos: Javi JB