Fecha: 8 de Abril de 2009
Sala: Ritmo & Compás, Madrid
Aforo: 1/3
Promotor: The Music Live Shows
Si por algo son conocidos Death By Stereo es por sus impresionantes directos, en los que la diversión y la energía convergen en una combinación perfecta. Las últimas veces que les habíamos visto era en festivales, primero en el Sant Feliu Fest del 2006 y después en el Resurrection Fest de Viveiro del año pasado, por lo que la expectación era máxima. O eso creía yo hasta que conocí como estaba yendo la gira. Es evidente que un promotor arriesga el doble cuando hace un concierto durante las vacaciones de verano, Navidad o Semana Santa, como en esta ocasión, y la conjugación de varios factores hizo que fuera poco menos que un desastre. Death By Stereo es un grupo con las características suficientes como para colgar el cartel de ‘entradas agotadas’ en cualquier sala de medio aforo en la que toque. Al menos así es como debería de ser y sin embargo, apenas se llegó al centenar de almas congregadas para ver a los norteamericanos. Lo de las vacaciones podría ser una excusa si no fuera porque el día anterior en Burgos y sin ser si quiera víspera de festivo como en Madrid, fue un 30% más de gente. No hay excusas. Ni Barcelona ni la capital merecen que este tipo de giras pasen por ellas y la próxima vez que escuche a alguien quejarse por este tema, yo mismo le haré callar.
Comenzaron puntualmente los madrileños Another Kind Of Death descargando su furia extrema ante una sala prácticamente vacía. De hecho, prácticamente solo nos encontrábamos disfrutando de su apabullante sonido miembros de grupos como The Marriage, Avenues & Silhouettes, Dellamorte Dellamore y un servidor. A destacar la furia de Mario, el frontman de AKOD, que cuando soltaba el micro durante los interludios o mientras los citados colegas le ayudaban a entonar algunos coros, no podía detenerse y comenzaba a dar vueltas alrededor de la sala como un auténtico poseso.
Acto seguido, subieron al escenario los jóvenes y a la vez ya veteranos, Avenues & Silhouettes. Comenzaron el concierto con “We Are The Captains“, como no podía ser de otra forma y en seguida tuvieron al público que no les conocía o había visto nunca en el bolsillo. Su estilo puede gustar más o menos pero es innegable que en potencia ejecutora y técnica van sobrados. Se centraron sobre todo en su último trabajo, Meteors ya que aún lo están presentando desde que empezaran a hacerlo por toda la Península a finales del año pasado y como siempre, no defraudaron. De hecho, cada vez es más complicado que lo hagan puesto que han cogido unas tablas admirables. El virtuosismo de Manu, el guitarrista, y que también lo es de Savia, dejó a más de uno con la boca abierta y Kals no dejó de animar a un público estático y adormilado al que los madrileños no suelen enfrentarse muy a menudo.
Fueron pocos, pero los que fueron arrasaron con la primera tanda de existencias de las que disponían de su nuevo disco. Destacados del panorama Screamo melódico nacional, por llamarlo de algún modo, sin lugar a dudas. Lo que sí lamento es que parece que ya hayan perdido esa ilusión desbordante que les caracterizaba en un principio en el sentido de que da la sensación de que cada vez disfrutan menos encima del escenario.
Ya estábamos calientes, en el aspecto deportivo de la palabra, así que vivimos el cambio de backline con expectación. Sin embargo, la espera no fue muy larga y no tardó en comenzar su show, tan divertido y potente como siempre. Salieron todos ellos uniformados con camisetas verdes estampadas con su famoso logo y antes incluso de presentarse y saludar, descargaron su metralla más pesada.
Comenzaron con la apabullante “Lookin’ Out For #1” y a partir de ahí fue cayendo hit tras hit, uno de tras de otro y haciendo un perfecto resumen de toda su carrera. Desgraciadamente en un comienzo tan sólo media docena de seguidores hizo acto de presencia en la primera fila, dentro de los que me incluyo, por supuesto. Detrás de esta barrera, pues lo de siempre en estos casos, un vacío detestable que tiende a deprimir a los grupos. Sin embargo a los norteamericanos les pasó exactamente lo contrario o eso quisieron demostrar. Decidieron convertirse en una inyección de vitalidad constante que contagió a casi todo el mundo. De hecho, al acabar el concierto, una hora después, hasta parecía que la camarera iba a saltar la barra para corear canciones como “Sin Along UIT The Patriotic Punks“, “Sex, Drugs, Lies, Money And Your Local Government” o “No Cuts“.
A destacar gloriosos momentos como el hecho de que el carismático Efrem tuviera que alimentar a Dan, el guitarrista principal, con cerveza para que hiciera un punteo como Dios manda. Y es que si por algo destaca éste es por tener unos dedos ágiles como el viento y tocar limpia y virtuosamente como pocos dentro de este género musical. Es un profesional, no cabe duda, y por ello estuvo calentando nada más y nada menos que más de una hora en el camerino con su guitarra antes de subir a la palestra. Asimismo, otro de las anécdotas curiosas de la jornada es que traigan una guitarra especial en su backline únicamente para tocar una canción. Tampoco sería algo tan excepcional si no fuera porque esa guitarra es la monada rosita estrellada que observamos en la imagen y la canción no sea otra que “Emo Holocaust“, su particular oda contra el colectivo flequilludo. Es particularmente gracioso porque había bastantes escondidos entre el escaso público y no les quedó otro remedio que agachar la cabeza ante tal ofensa a su estética forma de vida. Los que tampoco salieron muy bien parados fueron los chicos de Dashboard Confessional, en los que los de Epitaph sin duda se cagan en cada concierto.
En definitiva, en esta ocasión no desnudaron a nadie sobre el escenario, como en anteriores ediciones, pero salvaron un concierto que de buenas a primeras se presentaba más rancio que de costumbre. Pero así son Death by Stereo, nunca decepcionan y su directo tanto para 90 personas como para 9000 es siempre arrollador. Finalizados los bises y acabando gloriosamente con “Wasted Words” se bajaron del escenario para hacerse fotos, firmar discos y charlar con todo el que se acercó a descubrir lo geniales personas que son. Hasta la próxima, amigos.
Javi JB
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