18 de abril de nuestra era, y nos costaba ponernos en pie, el festival llegaba a su último día con tímidas lluvias iniciales, pero que se tornaron en un gran chubasco más tarde. Mucha lluvia, que no nos abandonó en todo el día. Así casi arrastrándonos acudimos a ver al Tote King, un grande de nuestro hip hop, un rapero que sabe lo que se hace, y consciente de ello repartió rimas como sólo él puede. Y del rap más exquisito al metal nacional más tremendo de manos de unos Koma, que con poco público no se dejaron ninguno de sus temas más emblemáticos. Tan sólo echamos en falta esa flema que siempre se nos atraganta, aún así gran concierto para botar entre charcos y barro. Cabe resaltar algunas colaboraciones como la del trompetista de Ska-p o el cantante de Konflikto.
Y parecía increíble, pero volvían Los Suaves, y ¡cómo volvieron!, parece que por ellos tampoco pasan los años. Sonaron como pocos, nos deleitaron con todos sus grandes temas arrancando los cánticos del público no muy numeroso que allí estaba. Sólo se les puede dar las gracias a una de las bandas más míticas del panorama nacional… gracias por seguir Suaves.
Un tanto doblegados por la incesante lluvia acudimos al escenario del Canal Extremadura para ver a Nacha Pop, pero para sorpresa de muchos no acudieron a su cita con el cartel. Algo desconcertados nos quedamos todos a causa de la falta de información por parte de la organización, cosa que se nos olvidó enseguida en cuanto saltó a la palestra el gran Tonino Carotone. Era difícil, pero Tonino consiguió montar una fiesta que recordaré durante mucho tiempo, consiguió que el escaso público bailara y bailara a ritmo de rumba. No importaba el barro, el agua, sólo las ganas de juerga que teníamos todos, así Tonino Carotone con su estilo inconfundible la lió como pocos y nos obsequió con uno de los conciertos más alegres de la jornada.
Unos instantes después de la algarabía montada, comenzaba a concentrarse el público en el mismo escenario, y era porque llegaba la hora de escuchar y ver a Albert Plá. Volvía al festival este gran artista para dejarnos en el recuerdo un recital como sólo él sabe hacer. Casi entremezclando la faceta de músico y de intérprete, fue capaz de embelesarnos, de acompañarnos, de arrancarnos alguna carcajada que otra a base de deleitarnos con algunos de los temas que más le gustan a su público. Así para el recuerdo quedará esa que se titula “Joaquín el Necio“, grandísima!.
Y llegó el cambio de tercio, y corríamos hacia los escenarios paralelos, bajo la incesante lluvia, para ver a los Misfits. Comenzaron bajo una melodía inicial que asustaría a cualquier niño pequeño, para en cuestión de dos minutos levantar el pistoletazo de salida a su punk embrutecido. Una tromba de rock fue lo que esta mítica banda nos regaló. Para el recuerdo quedará el “Die, Die my darling“, que tan famoso hiciera Metallica. Un lujo tener en el Extremúsika a estos pioneros del horror punk, que a tantos otros han influenciado.
Calados hasta los huesos afrontamos los últimos conciertos que pudimos aguantar, y así y quemando los últimos cartuchos asistimos al concierto de Warcry, para ver cómo el mal sonido nos aguaba aún más el comienzo de esta gran banda del heavy nacional. Pero ni la incesante lluvia, ni el mal sonido aplacaron a los de Victor García (antiguo cantante de Avalanch). Capeando el temporal nos demostraron de lo que están hechos, concentrando a los que allí estábamos en sus melodías. Gran concierto de Warcry aupado por ese gran cantante que tienen al frente.
El último vals lo bailamos con Bad Religion. Se notaba que eran muchos los que estaban esperando el comienzo de esta banda, así el público se arremolinaba para ver a uno de los grandes del punk rock con ya casi 30 años de hardcore melódico a sus espaldas. Nos dejaron otro de esos conciertos que tardas en olvidar, parecía mentira que todo sonara tan bien, se notaba que no eran unos novatos. No se puede describir lo que disfrutamos a ritmo de “Punk rock song” o “American Jesus“, Quedaban más conciertos como el de Ska-P, Piperrak, los Chunguitos, The Ramonas, de Acero, Mamá Ladilla, pero el Extremúsika había agotado las fuerzas a base de música en directo, agua y barro.
Podemos concluir que fue una pena el mal tiempo, que estuvo presente durante todo el festival. Hubiera sido inolvidable si el sol hubiera hecho más acto de presencia, pero lo que queda claro es que lo mejor de todo fue el público, que aguantó el chaparrón, el barro, el frío, el mal sonido de algunos conciertos, y las eternas jornadas. Así en estas empapadas fechas despedimos al festival Extremúsika 2009 hasta el año que viene, con las mismas ganas e ilusión que siempre a pesar de los posibles inconvenientes.
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Rubio Salas