Nos acercábamos al Telefónica Madrid Arena y no podíamos evitar recordar los pasados SPS Festival y Klubbers Day, así que pensamos que quizá aquella noche podríamos rememorarlos. De otra forma más modesta, pero con similar intensidad. Además, necesitábamos entrar en calor porque la noche era dura. El cielo estaba secuestrado por los controladores aéreos y las temperaturas bajo cero. Finalmente, terminamos acalorándonos no sólo por el recital que ofreció el genial cartel que componía el Soulwaxmas, por primera vez desembarcado en España, sino también por la cantidad de inclemencias, más allá de las metereológicas, que hubo el pasado 3 de diciembre dentro del pabellón Satélite.
La primera sorpresa de la noche fue la ausencia de ropero. Teniendo en cuenta que cualquiera que viniera aquella noche sin abrigo a día de hoy aún debe de estar encamado, teníamos varias soluciones: bailar con él puesto hasta que una lipotimia nos sacara de allí con los pies por delante, dejarlo en cualquier esquina y despedirnos de él para siempre, o ponerlo en una de las múltiples montañas de ropa que se fueron acumulando por todo el pabellón. Los tropezones y derramamientos de cubatas de ron con cola se convirtieron desde ese momento en la tónica de toda la noche, aunque no podemos negar que hubo momentos ciertamente hilarantes.
Siguiendo con el balance de la infraestructura, es inevitable resaltar también el hecho de que sólo hubiera una barra y un par de baños para los casi cinco millares de almas que nos congregamos en aquel lugar. En este caso el resultado fue pasillos colapsados, paredes y rincones utilizadas como improvisados meaderos y el gaznate más seco que las cañerías de Micerinos.
Pero bueno, allí la gente estaba para pasárselo bien, así que tocó hacer de tripas corazón y tratar de disfrutar de la fiesta. Los encargados de comenzar con la parranda fueron los chicos de Goose, la nueva sensación electro-pop rockera que tanto está dando que hablar en Europa. Como telón de fondo, varias hileras de leds y lucecitas y en el centro, un helado de abeto hinchable de lo más simpático. Y a parte de cuatro focos más, básicamente en eso consistió el montaje luminoso. Lo que trajo el combo Soulwaxmas, básicamente, porque el resto del pabellón lucía una fría desnudez. Pero bueno, volviendo a los belgas enfundados en monos rojos, uno no puede ignorar que el rollo empalagoso-trallero está más de moda que nunca y a veces da la sensación de que en nuestra cabeza rebota todo el día ese estilo últimamente. También es cierto que el eco de Bloody Beetroots del día anterior en el Low Club Day aún resonaba en nuestro torturado cerebro, pero es inevitable moverse a pesar de la más que discutible calidad del género. Sus temas “Can’t Stop Me Now” y “Words” fueron lo más celebrado del cuarteto, posiblemente porque son los únicos relativamente conocidos. Tras ellos, Paul Chambers se encargó de rasgar cualquier atisbo de electro dulcificado y repartió estopa por los cuatro costados. El abanderado de Soulwax facturó electro machacón en la vertiente más dura de Tiga y nos hizo perder la cabeza con bastante acierto gracias a temas como “Yeah, techno!“. Perfecto aperitivo para lo que se avecinaba después.
Perfectamente trajeados de blanco, salvo sus habituales descuidadas pajaritas, Soulwax salieron a escena precedidos por una gran ovación. Hacía ya mucho tiempo que los hermanos Dewaele, acompañados por Stefaan y Steven no visitaban la capital. Y vinieron para dejar el listón bien alto, porque no bajaron el ritmo ni un solo minuto de la hora que duró su concierto. Guitarras galopantes, batería y sintetizadores machacadas convulsionadamente volvieron a plasmar en las paredes el sonido que define su consigna, algo del fin de semana nunca muere. Hits de la calidad de “KracK“, “E-Talking” o “Miserable Girl” así lo dictaron. Magos del electro marca de la casa y el adn que lo compone, dance-punk de vanguardia con esencia de rave noventera. Y es que, hablando de raves, las he visto con más potencial de watios, o al menos, mejor distribuídos ya que los únicos bafles que pusieron latidos al corazón fueron las situadas a ambos lados del escenario. Así que, o bien ocupabas las primeras filas o bien te quedabas de cháchara con algo de música de fondo en la parte de atrás. Pero bueno, escuchar en directo discos tan festivos como Nite Versions o Most Of The Remixes, en el que Robbie Williams o Kylie Minogue son reestructurados para que no suenen horteras sino cañeros, hacen que hasta con menos —mucho menos- amplificación y acústica de la deseada, Soulwax consigan sonar demoledores. Cierres al ritmo de trallazos como “NY Excuse” lo hicieron posible.
Grindando la media noche le tocó el turno a Tiga. Así de pronto puesto que la fiesta comenzó poco después de la hora del sándwich de Nocilla. El productor y dj canadiense suele ser el alma de muchas fiestas y me faltan dedos en una mano para contar la cantidad de recitales gloriosos que nos ha ofrecido en el pasado, junto a sus compañeros de esta noche u otros genios del género tales como Vitalic. Desgraciadamente en esta ocasión defraudó. Si bien es cierto que por nuestra parte, alejarse de los altavoces fue un agravante de su sesión, se notó que fue a cumplir y no le apetecía trabajar en exceso. Tiró de clásicos en la onda del cansino “Mind Dimension“, “Shoes” o “You gonna want me“, por no hablar de “Raven“, tema que acabábamos de escuchar de la mano de Soulwax y volveríamos a hacerlo con Mix Hell horas después. Además, le faltó mucha fuerza y el medio tiempo popero primó a lo largo de casi toda su sesión.
Menos mal que aún tenían que volver los hermanísimos Dewaele a escena, esta vez con el traje de 2manydjs, aka los reyes del mashup, para reblandecer nuestros músculos a fuerza de radiofórmula electrificada. Como es habitual se dieron la bienvenida con el remix de “Hey Boy Hey Girl” de los Chemical y después facturaron un primer bloque de electro-techno en la onda de Mubai Science o Jah Wobble, verdaderamente radiante, precisamente todo lo que echamos en falta en Tiga. Tras este, comenzó su espectáculo genuino de mashups sin tregua, respaldados por las proyecciones-gifs creadas a partir de las portadas de los discos que desfilan por sus platos. Por supuesto hubo de todo aunque obviamente la más explosiva es la vertiente más rockera gracias a “You Shook Me All Night Long” de AC/DC, o la demencial “Roots Bloody Roots” de Sepultura. Esta última por supuesto no podía faltar teniendo en cuenta que tras ellos se subieron a escena Mixhell, o lo que es lo mismo, el combo Iggor Cavalera (ex-batera de Sepultura) y su mujer Laima Leyton. Además, nos deleitaron con numerosos remixes del pop más moderno de Gossip, Late Of The Pier, Phoenix o los pinchados hasta la saciedad, MGMT y su machacado “Kids“, aunque también hicieron concesiones añejas con Eurythmics o Roxy Music, entre otros. Y por lo demás, bailoteo máximo gracias a remixes de Daft Punk, Crookers, Zombie Nation o Boys Noize. El cierre estuvo compuesto por un interludio simplón y un peculiar espectáculo percusivo de la mano de los citados Mixhell y Drum off en la que las baquetas atronaron y los timbales volaron para poner fin al Soulwaxmas 2010. Eran las 3 de la mañana y los dientes castañeaban en mitad de la Casa de Campo sin saber muy bien que hacer. Pero bueno, fuimos a bailar y bailamos, así que, a pesar de todo y como se suele decir, que nos quiten…lo bailao.
Texto: Javi JB
Fotos (Soulwax):Kike Rincón