Hace un par de años Mr. Big volvía a los escenarios -y a las estanterías de las tiendas de discos con Back to Budokan– con su formación clásica en lo que auguraba ser el regreso triunfal de una de las bandas más legendarias del rock de los primeros 90. Desde entonces apenas han parado de girar, más aún en este año 2011 con la edición de un nuevo trabajo de estudio, que no llega a la altura de clásicos como Lean Into It o Bump Ahead, pero que ofrece una magnífica excusa para salir de gira. Y una oportunidad impensable hasta hace poco de ver a una banda como esta en Sevilla, una ciudad que durante demasiados años ha permanecido aislada de las rutas de paso de grandes artistas por nuestro país.
Pues bien, estos muchachos saben bien que quiere su público y por qué la sala estaba a rebosar, así que comenzaron con una buena ración de clásicos: Daddy, Brother, Lover, Little Boy, una acertadísima elección con la que abren los conciertos desde hace bastante tiempo, Alive And Kickin’ y Green-Tinted Sixties Mind. ¿Más clásicos? Pues casi todos: Just Take My Heart, A Little Too Loose, Road To Ruin, Temperamental, Take A Walk y Price You Gotta Pay, esta última con un parón en medio totalmente innecesario. Pero también era inevitable que cayeran unas cuantas de su reciente What If, a pesar de la indiferencia de gran parte del público hacia ellas: Undertow, American Beauty, Once Upon A Time, Around The World, As Far As I Can See y Still Ain’t Enough For Me. De los discos con Richie Kotzen no queda ni rastro en el repertorio de Mr. Big en directo. Cierto es que discos como Get Over It o Actual Size no se encuentran entre los más inspirados de la banda, pero sí tenían algunos temas que bien merecerían haber sido rescatados para el directo, como Shine o Dancin’ with my Devils.
También hubo espacio para los obligados solos: uno de Paul Gilbert quizá demasiado extenso y otro de Billy Shehaan más entretenido, al que siguió la enorme Addicted To That Rush. Uno de los momentos más espectaculares e intensos de la noche. Aunque aún quedaban unos bises bien pensados. En primer lugar el momento acústico y obligado de To Be With You, y la vuelta a la electricidad más veloz con Colorado Bulldog. Tras una mínima pausa, aparecieron con el ya clásico show que dan en la versión de Deep Purple, Smoke on the Water, con los cambios de instrumentos entre los componentes: Eric Martin en la guitarra, Paul Gilbert en la batería, Pat Torpey en el bajo y Shehaan cantando, para en la segunda mitad del tema coger éste la guitarra, Eric Martin el bajo y Pat Torpey asumiendo las tareas vocales. Un espectáculo divertido, pero quizá algo manido ya a estas alturas. Algunos hubieran preferido algún tema más, como The Whole World’s Gonna Know, que fue una ausencia imperdonable. Pero sin duda, el gran temazo de la recta final fue Shy Boy, un tema de Billy Shehaan que grabó en el primer álbum de David Lee Roth, Eat ‘em and Smile, en el que también estaba Steve Vai.
Hace unos cuantos años nadie hubiera imaginado a una banda como Mr. Big tocando en otro lugar que no fuera un estadio, pero los tiempos cambian y el rock hace tiempo que no parece gozar del tirón de antaño. Eso sí, la pandilla Gilbert-Shehaan-Martin-Torpey sigue congregando entre su público a devotos que a veces parecen estar más pendientes de la técnica que de las canciones. En eso la cosa no ha cambiado. Incluso esa noche la banda contó con unos cuantos músicos de la ciudad entre el público, como el gran Raimundo Amador. Todos ellos seguro quedaron contentos con la ejecución milimétrica de la banda. El espectáculo no es ni más ni menos que el que se espera de ellos, pero quizá en algunos momentos todo parece demasiado mecánico y uno acaba por tener la sensación de que ver un concierto de Mr. Big —en directo o en dvd- es haberlos visto todos. Otra cosa es que no nos importe ver lo mismo una y otra vez, porque estos tipos son exageradamente buenos.
Mr. Big – Sala Custom (Sevilla)
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Texto: Juan Manuel Vilches