La edición de un nuevo trabajo es siempre motivo de celebración y excusa perfecta para organizar un buen sarao. No son pocas las bandas que optan en estos casos —incluso cuando no hay muchos medios económicos- por un concierto lleno de luces, en una sala amplia y con apariciones estelares de músicos amigos. Rare Folk tomaron otro camino. El lugar elegido fue una sala mediana, con capacidad para no más de quinientas personas, recogida y bien situada, con unos cuantos bares y terracitas de barrio bien conocidos por la calidad de sus tapas. El público: formado por amigos y seguidores de la banda desde sus inicios. Todo en un ambiente íntimo pero festivo y muy familiar. Poco más hace falta para una buena noche.

La primera noticia es que Mangu, a cargo de mandolina, bouzouki y concertina, no pudo actuar debido a un incidente que no explicaron, pero cuya más visible consecuencia era que llevaba un brazo enyesado. Mangu es un tipo curioso, cuya inquietud musical le ha llevado a tocar una gran diversidad de instrumentos y a participar de varios proyectos muy interesantes, como Caponata Argamacho Trio o Sheela Na Gig, todos muy ligados a las músicas tradicionales. Un músico con una trayectoria realmente interesante.

La ausencia de Mangu provocó que la banda sonara mucho más rockera de lo habitual, quedando tan sólo la flauta de Rubén al mando de los sonidos más atlánticos. Aquello sonaba como si King Crimson hubieran sacado un disco inspirado en Irlanda. Probablemente de ahí mi percepción del nuevo trabajo como mucho más cercano a la psicodelia setentera que los anteriores. La falta de instrumentos que acentuaran la parte más tradicional de la banda no fue un obstáculo para la interpretación de los nuevos temas. Sigue Buscando, Infornografía y Septiembre sonaron muy contundentes, con una base rítmica más presente que en el álbum.

El repaso a Go tuvo una buena acogida por parte de un público acostumbrado a los sonidos de la banda, pero fue hacia el final cuando llegó el momento álgido. Entonces llegaron temas de Natural Fractals y Unimaverse, como Djarama o Psycoceltic, ya fijos en el repertorio de la banda. Quizá se echó en falta algo de Green, pero hace tiempo que la banda se viene centrando más en directo en el sonido que empezaron con Unimaverse.

Hace años que Rare Folk se adelantaron a la corriente actual de autogestión, opción por la que muchas bandas optan hoy día, y crearon su propio sello, Fusion Art. También optaron por vender las entradas de los conciertos más el disco y ahora continúan en esa línea. 10€ es una precio más que asequible por asistir a un concierto y llevarte además el CD de la banda. Un aliciente más para ver el tremendo directo que tiene una de las mejores bandas de folk que tenemos en España.

Texto: Juan Manuel Vilches