El domingo no es el mejor día de la semana para programar un concierto. Son días en los que el deporte y la amenaza del lunes ahuyentan a muchos de salir de casa. Pero en esta ocasión el domingo no hizo su tradicional efecto, porque las entradas se agotaron días antes, así que la sala estaba completa. Quizá porque Zenet volvía después de un año a su ciudad natal, pero lo más probable es que simplemente en poco tiempo se ha convertido en un artista capaz de llenar salas de aforos medios sin pestañear.
El motivo de esta gira es la presentación de Soñar Contigo, el disco recopilatorio que cierra la trilogía formada por sus tres primeros trabajos, por lo que el repertorio elegido no concede mayor peso a ninguno de sus discos por encima de otro. De esta forma, la gira se ha convertido en una celebración de grandes éxitos en la que tienen cabida sus temas más emblemáticos, como Estela, Dientes de rata, Por debajo de Madrid, En el mismo lado de la cama, Amaneció sin querer o Tranquila, entre tantos otros. Sin olvidar desde luego Soñar Contigo, que fue la que cerró el concierto.
Con Toni Zenet acompañado tan sólo del trompetista Manuel Machado y el guitarrista y coescritor de muchas de las canciones, José Taboada, tan escueto formato podía parecer algo escaso para unas composiciones que a menudo se benefician de una cuidada instrumentación. Sin embargo, las canciones adquieren otra forma así, más íntimas y mucho más intensas en ciertos momentos. Una intensidad que Zenet controla en todo momento y rebaja entre canción y canción con historias, bromas y algún chiste incluso en una continua interacción con un público que ya llegó completamente entregado.
Para quien llega a un concierto de Zenet sin haberse rendido previamente a su música la expectativa de encontrarse con tantos minutos seguidos de composiciones que giran generalmente en torno al amor es algo inquietante. Son demasiados los discos y las canciones consagradas al tema que se han escrito desde siempre. La sorpresa llega al comprobar cómo las letras de Javier Laguna consiguen abordar la temática siempre desde distintas ópticas, sin provocar el empalago ni usar un tono acaramelado.
Las claves del éxito de Zenet son muchas: la acertada búsqueda de sonidos entre géneros clásicos como el tango, el chotis o la copla, una calidad en los textos poco habituales en este país, tomar como referencia grandes nombres del jazz y el swing como Chet Baker o Django Reinhardt y la inclusión de modos latinos propios de Rubén González y Bola de nieve, entre otros. Pero todo esto no sería nada sin la profesionalidad y el buen hacer de Toni Zenet y los músicos que le acompañan que, al menos en esta ocasión, dejaron bien claro que disfrutan y viven intensamente cada composición, y ni siquiera una mala iluminación consiguió empañar su trabajo.
Texto: Juan Manuel Vilches Fotografía: Miriam Navarro