No sé si la visión que puede tener  una manchega  (de Ciudad Real) de Madrid y de su cerveza es la más fiable, pero seguramente sí sea la más compartida por todos aquellos que como yo llegaron un día a Madrid y decidieron quedarse. Vine a Madrid en 2005 con la excusa de estudiar Periodismo y lo cierto es que eso casi resultó ser algo secundario durante mis años de carrera. No sabría recordar la primera vez que tomé una Mahou, pero sí la sensación que me produjo tomarla en Madrid. No era la primera vez que tomaba una Mahou, está claro, pero sí la primera vez que lo hacía viendo música en directo. Por eso el recuerdo que más unido tengo a esta cerveza está intrínseca e inconscientemente ligado a la música. Para mí Mahou es Madrid y Madrid es música en directo, cultura, amigos… Mahou son los primeros conciertos que vi de Le Punk (ahora ya disueltos), Mahou también son muchas de las canciones que hablaban sobre Madrid, Malasaña y groupies, de Pereza (ahora ya disueltos también), Mahou es bajar a los bajos de Argüelles y encontrarse con los chicos del Saxo Music Bar pinchando música en su oscuro garito (ahora ya desparecido).
A veces echo la vista atrás con algo de nostalgia y veo que lo único que permanece ahí, intacto, es Mahou. Sin embargo, si analizo un poco más a fondo el asunto llego a la conclusión de que las cosas que no siguen como estaban han evolucionado y eso tampoco está nada mal. Gracias a ello hoy en día no tenemos a Le Punk, pero tenemos (además de sus canciones) las interesantes propuestas en solitario que nos ofrecen sus componentes (desde Alfa hasta Joe Eceiza). No tenemos a Pereza, pero sí tenemos dos súper carreras en solitario como la de Rubén Pozo y Leiva (que además protagoniza el spot publicitario de Mahou). Tampoco tenemos el Saxo Music Bar, pero sí que seguimos contando con garitos de ese pelo que noche a noche dan cobijo a forajidos del rock como los que aparecen el vídeo de más abajo.
Cuando estos días me encuentro con el spot publicitario de Mahou en el que rostros conocidos como Cristina Rosenvinge, Alaska, Mario Vaquerizo, Casillas, Dani Rovira o Clara Lago ponen en común sus experiencias vividas en Madrid en torno a esta cerveza, me doy cuenta de que en el fondo no distan mucho de las mías. #soymuydemahou, que así se ha denominado la campaña publicitaria, no hace otra cosa que reivindicar el poder y el valor de la cultura, de la música, de lo que esto produce en nosotros. Un poder que ayuda a los que venimos de fuera a sentirnos como en casa cuando estamos en Madrid. Un poder que ha creado un spot publicitario para anunciar una cerveza típica madrileña y le ha puesto la banda sonora de un catalán y culé como es Loquillo con su “Feo, fuerte y formal”. Solo la música, y con ella Mahou, es capaz de eso.