Título: Grey Britain
Sello: Reprise Records
Fecha de edición: 4 de mayo de 2009
Media: Videoclip de “The Vulture (Act II)”
Más información: web/myspace
Listado de temas:
1. The Riverbank
2. London Is The Reason
3. Leeches
4. Black Eyes
5. I Dread The Night
6. Death Voices
7. The Vulture (Acts I & II)
8. The Riverbed
9. The Great Forgiver
10. Graves
11. Queensberry Rules
12.Misery
13.Crucifucks
El debut discográfico –Orchestra of Wolves [In a Deep End, 2006]- de estos chavales del barrio londinense de Watford fue una de las agradables sorpresas del mundillo del hardcore/punk de los últimos años. Una banda que mirando al pasado era capaz de hacer un álbum actual. Lejos del revival ochentero, pero con ese sabor clásico. Al estilo de otras formaciones coetáneas como The Hope Conspiracy, Cancer Bats o The Bronx. Es decir, punk rock aderezado con la pegada del hardcore, algún que otro toque rockero, y verbo afilado. Lo cierto es que no sólo llamaron la atención del mundillo del hardcore/punk sino que además fueron capaces de traspasar las férreas barreras de la escena para llegar a un público mayor y fichar por toda una multinacional como Warner Bros.
Fichaje por una multinacional que provocó recelos sobre la evolución del conjunto británico. Y es que éstas grandes compañías siguen siendo consideradas como peores que el mismísimo diablo. Había dudas sobre si su música iba a vivir un proceso de edulcorado progresivo. Es decir, más melodías, voces limpias, una producción más asimilable por en público en general, … todo lo necesario para subir posiciones en las listas. Y es que uno tiende a ser suspicaz cuando una ‘major’ como Warner decide ofrecer un contrato de un millón de libras a un grupo del ‘palo’ de Gallows. Pero lo cierto es que el resultado final ha despejado las dudas de los más integristas, entre los que me incluyo, así como esa sensación de ‘hype’ que flotaba a su alrededor. Gallows siguen teniendo la potencia de su debut, han pulido las partes a mejorar de su propuesta -especialmente los coros-, han ganado en las ambientaciones -con el uso de pianos-, y no han perdido su visión ácida de la sociedad contemporánea, basta con que ver el título –Grey Britain– que han elegido para nombrar a su segundo asalto musical.
“Gran Bretaña está jodida. Grey Britain habla sobre la situación política, social, y económica del Reino Unido y cómo ésta nos afecta”, comenta Frank Carter cuando se le pregunta sobre el nuevo disco. Una mala situación que sirve de paraguas temático de Grey Britain y de la que Gallows avisan de que no es propiedad exclusiva del Reino Unido. “Grey Britain is burning down. We’ll be buried alive, before we drown.The queen is dead, so is the crown […] Set alight to the flag we used to fly. God help us now, we are ready… to die”, exhorta en las primeras frases de “The Riverbank“, canción que abre el álbum. “We have no fear! We have no pity! We hate you! We hate this city!”, clama en “London is the Reason”. Y es que una de las características de este grupo es su visión de francotirador social. Apuntan y disparan con certeza. Retratando la violencia juvenil que se adueña de las calles -“Queensberry Rules“-, o desvelando el futuro, que firmaría Guy Fawkes, en esa oda a la apocalipsis del sistema que se esconde en “Misery“. Retórica de la revolución que sirve, tal vez, para presentarnos al nuevo estandarte del ‘punk inteligente’, del que nos hablaban hace años Refused.
En lo musical, no hay que esperar una segunda parte de Orchestra of Wolves. Grey Britain suena más compacto, y potente, pero también resulta menos fresco que su predecesor. Suena más cercano a los estándares del hardcore, como se puede comprobar en “London is the Reason” o en los ‘breakdowns’ de “Misery“. Acercamiento a los estándares del hardcore que no han provocado que por el camino hayan perdido parte de su variedad estilística. Hay partes, de bajo mayormente, en las que siguen sacando a flote su vena progresiva, como en “I Dread the Night“, cuyo final también es bastante punk, incluso también incorporan algunos riffs de cierto sabor a thrash, como en “Queensberry Rules“. Y, personalmente, donde veo una mayor y mejor evolución es tanto en las voces como en el remate de las canciones. Han sacado un buen rendimiento tanto al habitual juego y contraste de voces -limpia/rasgada- como a los coros, ésta última faceta muy mejorada respecto a la anterior entrega. También todos los elementos empleados parecen encajar mejor que en su debut. Y, como ejemplo, nada mejor que “The Vulture (Acts I & II)“, con una primera parte donde predominan unas guitarras acústicas que, posteriormente, dan paso a la tormenta; el épico y orquestado final de “Crucifucks“; el preludio con piano de “Misery“; o las sirenas previas al bombardeo sonoro en que se convierte “The Riverbed“.
Valoración: 75
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