La noche comenzó con una grata sorpresa, antes del concierto preveía una actuación tranquila, con no mucho público, pero nada más lejos de la realidad. Cuando entré en la madrileña sala Taboo me di cuenta que aquello sería un concierto plagado de buena música y ritmos frenéticos con un público totalmente entregado a los grupos. Abrió la noche el grupo de origen murciano afincado en Madrid, Romeo, con un repertorio que mostró el lado más enérgico de su música. Nada más, Ahora no o Malas Artes fueron algunas de las canciones que estos chicos interpretaron a la perfección en la noche del sábado, y de colofón Nada Importa, un tema con mucha fuerza que levantó al público asistente. Sin duda cumplieron con nota alta su actuación, estrenando miembros en la banda y adelantando lo que será su segundo disco, su gran logro fue conseguir que la gente se acercara mucho más al escenario.
Con la sala casi llena le tocó el turno a los zaragozanos Después de Todo, todo un descubrimiento sin duda, la mezcla de metal más hardcore que estos chicos realizan aumentó el nivel de adrenalina que faltaba en la sala, únicamente eché de menos algunos circle pit para redondear la noche. El grupo maño presentaba su trabajo La Voz de la Inocencia, curioso el nombre que lleva este trabajo, cuando de inocentes no tienen nada, son culpables de realizar un directo con mucha fuerza y cargado de melodías que incitaban a uno a saltar a la pista y marcarse unos pasos de mosh.
Comenzaron el concierto con una de las mejores canciones que va incluida en su último trabajo y que da nombre a su disco, La Voz de la Inocencia, una mezcla de metal potente y ritmos frenéticos, sin duda la mejor carta de presentación del grupo. Los aragoneses siguieron con Vuelve a mí, incluido en su nuevo trabajo, un tema que nos lleva a su lado más melódico, y que al público presente cautivó. Un futuro mejor y Lo siento, ambos de trabajos anteriores continuaron con la línea que habían comenzado, y el gentío que allí se reunió no paró de corear las canciones.
Continuaron con otro de los temas que incluye su nuevo trabajo, Hijos de un dios menor, donde los cambios de registro en la voz del cantante sin duda eran la nota predominante. A éste le siguió Dame una razón, de su nuevo trabajo, y Aprendiendo a vivir, con un marcado ritmo metalero. Luego le tocaría el turno a Reflejo de locura, cuyo comienzo me recordaba a los míticos Rage Against the Machine, por el punteo inicial, donde se nota que en la producción de este trabajo estuvo presente la mano de Daniel Alcover (Sugarless, Skunk DF o Habeas Corpus). Religión e Inmortal fueron las canciones que les siguieron, el primero de ellos una crítica a todos los movimientos religiosos y el segundo con un estribillo con un marcado estilo épico.
El concierto llegaba a su fin, con el público entregado cuando tocaron Rencor y Un minuto más, tema que cerró la actuación, a falta del que tenían preparado para el bis, y uno de los mejores de su último trabajo sin duda, Qué pretendes, poniendo el colofón a un concierto redondo, donde este grupo zaragozano dejó claras muestras de su buen hacer sobre un escenario, dando buenas dosis de caña y buena música a los asistentes. Sin duda un grupo a tener en cuenta en el futuro del Metal español.
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