Viernes, 17 de julio de 2009. Benicassim, Castellón (Reino Unido). Tras una tarde de playa el “Comando Madrid” se traslada al recinto para ver uno de los platos fuertes de “su” festival, el personaje más mítico que pisará un escenario del FIB en este año, el señor Paul Weller, ex líder de The Jam, fuente de inspiración de muchos de los grupos que pasarían por el festival empezando por Oasis.
Nos acercamos al escenario verde con unas ganas tremendas de escuchar al mito del que tantas veces nos habían recomendado sus directos. Fue en el camino desde el camping hasta el recinto donde se escucharon frases que ya son históricas como por ejemplo “pues hace vientecillo, ¿no?” o “se está levantando un poquito de viento”.
Era aún de día cuando el señor Paul Weller salió al escenario y comenzó a regalarnos una buena canción tras otra, de hecho, la calidad de los temas de Weller iba en aumento proporcional a las rachas de viento que ya empezaban a molestar bastante a los muchos seguidores del artista de pelo blanco y a las llamas que se comenzaban a ver muy cerquita del escenario del concierto y es que efectivamente amigos, el fuego no faltó a la cita con el FIB y se dejó ver por allí, pero tan solo un poco eh, que no os engañen los titulares apocalípticos de los diarios de tirada nacional, que aquel fuego tampoco fue para tanto. Sin parecer importarle viento ni fuego Paul Weller siguió con su espectáculo pero la gente empezaba a advertir que los focos se movían demasiado, que el sonido iba y venía y que la arena comenzaba a meterse molestamente en la boca y los ojos…pero tíos estaba tocando Paul Weller y encima se estaba tocando el “Eton Rifles” de The Jam, la cosa iba muy para arriba pero el tema se terminó y como si de un sueño te despertasen el señor Weller se iba del escenario tras menos de 35 mintuos de concierto y la organización anunciaba que habría media hora de parón para solventar ciertos problemas de seguridad creados por el viento…media hora dijeron los pájaros, menudo chiste¡¡¡. La cosa con el viento era evidente que empeoraba pero de allí no se iba nadie, más que nada y por mucho que me hubiese gustado a mi ver de nuevo a Paul Weller porque los señores cabezas de cartel del día eran los Kings of Leon, un grupo que con su último disco parece confirmar que todavía son capaces de crear canciones tan maravillosas como las de su álbum debut, y eso es decir mucho. Son además una de las bandas favoritas de las chicas británicas que no dudaban en pintarse los rostros y sus camisetas con mensajes de apoyo a la banda (y con la palabra “apoyo” me refiero a todos los tipos de apoyo que una mujer puede ofrecer a un hombre).
El caso es que el tiempo pasaba y lo único que se escuchaban eran las disculpas de la organización que pedía paciencia y más tiempo. Hubo un último intento de seguir con la fiesta a cargo de Tom Tom Club, fácilmente una hora y media después del primer parón, pero a los pocos temas del concierto y con un público luchando más contra el viento que bailando con el grupo la organización decidió suspender el festival y desalojar todo el recinto. Había pasado, la madre naturaleza venció al FIB, las fans se quedaban sin ver a Los Planetas y a Maximo Park (que tocarían a lo largo del fin de semana finalmente) entre otros pero sobre todo las lágrimas eran provocadas por la ausencia irremediable de Kings of Leon. Lo siento chicas, sé que estabais preocupadas por ellos pero mi preocupación se centraba ,una vez seccionadas de raíz mis anhelos de un nuevo fiestón, en ir corriendo al campfib y comprobar que mi tienda de campaña seguía estando por allí o me iba a pasar la noche entera buscando una tienda de acogida. Cuando llegué a mi sitio en el camping la cosa no era para tanto, como un tercio de las tiendas había desaparecido, era como si hubiesen cogido el camping y lo hubiesen metido en una cocktelera, las tiendas estaban allí pero andaban un poco mezcladas, la del sector 6G estaba en el 4B y cosas parecidas, la mía en cuestión solo se dio un paseo por el aire de unos 25 metros, menos mal que ya éramos coleguitas de los vecinos ingleses que la habían rescatado y apuntalado con piedras. Aprovecho la ocasión para mostrar mi respeto y hacer una reverencia al hooligan inglés, de perfil joven, rosa, desfasado, borracho y fiestero sí…pero muy buena gente y enormemente agradable, es decir más o menos como nosotros los españoles. Gran comunión de almas en un recinto por el que pasaron muchas cosas ilegales además de 200.000 personas y del que no recuerdo un solo incidente violento. Chapó.
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