Dos sesiones de reverb a gran volumen en dos días, en el escenario el ya anciano monarca de la música surf, Dick Dale, el hombre cuyo estilo al empuñar la guitarra define enteramente todo el género: staccato, púa-contrapúa, velocidad máxima, melodías orientales, etc. Su guitarra para zurdos encordada al revés es tocada de todas las maneras posibles: por arriba, por abajo, con el meñique, con el pulgar, y mirando al tendido con un gesto otrora desafiante, convertido hoy en la mueca de un entrañable cascarrabias.
Además de su stratocaster tocó la trompeta, la batería, la harmónica y el bajo con baquetas, y respecto a los temas interpretados, el menú fue largo y estrecho, repasando toda la historia del rock con breves incursiones de clásicos entre los suyos propios. Desde el inicio con la atronadora Nitro visitamos Rumble, Fever -guiñando el ojo a varias mujeres-, The House Of The Rising Sun -tremendo solo-, Taco Wagon -inmensa- y una excelente combinación de aires mediterráneos con Malagueña, Esperanza y posiblemente alguna más.
El autodenominado Ricardo Corazón de León en un aceptable castellano también cantó Belo Horizonte, hizo bailar a toda la sala con ese éxito primigenio de las pistas de baile que es Let’s Go Trippin’ y consiguió incrustar en Pipeline What I’d Say, Smoke On The Water y el Peter Gunn Theme. Sus habilidades de showman también le hacen imitar tanto a Johnny Cash como a Lous Armstrong para entusiasmo del melómano.
Inevitable el broche final con Misirlou, sintética y precisa definición del surf para neófitos y recién llegados. Brillante, atronador, mejor el segundo día, menos hablador que en su última visita de hace 3 años, irregular en algunos momentos y con algún altibajo debido a tanta improvisación, pero eso si, sin ninguna intención de abdicar. Sigue siendo el rey. ¡¡dale Dick!!
Tras la visita del rey del surf del siglo XX esperamos la próxima visita de su heredero de este siglo, la fiesta del surf no termina, The Barbwires.
Texto: Pointer