La primera parada de la gira presentación de La Ciudad Subterránea arrojaba muchos interrogantes acerca de como se enfrentarían al reto de satisfacer a los nuevos fans que habían obtenido con su anterior trabajo, y sobre todo con el gran éxito de “A cualquier otra parte”. Y resultó más que curioso darse unos paseos por la sala Heineken. La variedad de público era notable: pijos, gafapastas, modernos, freaks y demás tribus urbanas reunidas en una misma sala para asistir al recital de un grupo que abandonó la escena indie hace ya un tiempo. Porque Dorian se encuentran en tierra de nadie, al igual que Sidonie o Vetusta Morla (aunque quizás en menos medida), formaciones que no venden demasiado pero que son suficientemente populares para enganchar a una gran variedad de público y llenar sus directos. Justo lo que comprobamos el viernes.
Pero hablando del concierto en si, ofrecen lo que todos esperamos: antiguos clásicos (para fans, se entiende) y lo más granado de su último álbum. De su 10.000 Metrópolis rescataron algunos temas del que destaca sobre todos “Te echaremos de menos”, uno de los más queridos por sus seguidores y de los momentos más emotivos de la noche. La representación de El Futuro No Es De Nadie estuvo bien defendida con “Más problemas”, “Al final de la escapada” o “La noche espiral”, que tampoco son grandes canciones, pero que en directo cumplieron. Quizás eché de menos “El futuro no es de nadie”, que hubiese aportado una vena más dance al momento. Por supuesto que en “A cualquier otra parte” la gente enloqueció, comprensible ya que se ha convertido en poco menos que un himno, y como era de esperar, la alargaron ligeramente en el puente para acentuar la grandilocuencia del momento, por otro lado algo descafeinado. En realidad, fue una sensación que se mantuvo durante la mayoría del concierto.
Es verdad que no esperaba un directo arrebatador, pero quizás faltaba algo de intención en la interpretación y la actitud algo forzada y ramplona por parte de Marc, más propia de un grupo como Pereza, no ayudaba. Y como ya sucede en determinadas ocasiones en sus discos, pero de manera más acusada en directo, hay demasiado parecido entre ciertas canciones (“A cualquier otra parte” parecía que iba a comenzar unas tres o cuatro veces). Con todo, el concierto entretuvo, los temas de La Ciudad Subterránea, quizás por nuevos y frescos, aprobaron con nota, especialmente “Veleros”, “La mañana herida”, “Paraísos artificiales” y “Domingo perfecto” (una de las grandes sorpresas). Una velada agradable, pero que no acabó de cuajar del todo. Pendientes de reválida.