En 2011 Mecca regresaba a la oficialidad de las ediciones de estudio casi diez años después de su debut. Se dice pronto, ¿verdad? Parece que han descubierto que nuevamente el fluido melódico corre por el acueducto, por lo que sus metas vuelven a otearse en el horizonte. Joe Vana pone en marcha, acompañado por su vástago Joey, a unos Mecca que cuentan con el puntero Tommy Denander cual invitado.
Undeniable tiene el peso del inmortal adult oriented rock, aunque rascan con su cuchara en un pop abierto y muy colorista. Se complementan ambos procedimientos, las dos caras de una moneda de similares lados. ‘Closing Time‘ sigue los rastros de los Saga en sus días más art pop, mientras que ‘Life’s Too Short‘ parece una segunda parte de la canción ‘Roll The Bones‘ (Rush). Aunque, ya digo, aquí lo que reina es ese rock que tan bien sabe editar Frontiers Records.
Es sorprendente el talento del joven Joey Vana a las seis cuerdas, al igual que da gusto percatarse de que los mejores cortes del CD están compuesto por papá Vana y el incansable Denander. Con ellos hay adult oriented rock para rato.
Cuando un grupo llamado Boston editó su primer LP utilizando el nombre del proyecto para titularlo no tenían ni la más remota idea de lo que dicho vinilo causaría en la escena del rock más melódico. Era 1976 y el adult oriented rock como tal no estaba aún definido de una manera nítida; sin embargo, y gracias a un disco debut que se ganaría el puesto número 3 de las listas estadounidenses, el invento de Tom Scholz definiría una manera de intimar con el pronto andante género caracterizada por acercarle algo de art rock —Styx igualmente fijaría las intenciones en un melódico más sinfónico cuando comienza a editar sus obras de presentación—.
Una vez toca adentrarse en la grabación de Walk On la banda ha sufrido un gran cambio en su vida cual apuesta musical: los dos discos que siguieron a Boston se quedaron con el primer puesto de los éxitos norteamericanos; sus miembros son respetados como adalides del arena rock —rock para grandes estadios— a la misma altura que unos Foreigner o los imparables Journey; Brad Delp, pieza puntal frente al micrófono, ve su vida más allá de esos compañeros con los que subió al podio de ganadores y decide escapar a la iniciativa RTZ de Barry Goudreau —colaborador en el primer redondo de Boston y miembro oficial para su segundo Don’t Look Back—. Fran Cosmo sustituiría a Delp para la referencia de 1994, encuadrando su voz en un adult oriented rock más de cajón pero no por ello menos elogiable.
‘I Need Your Love‘, por ejemplo, da con el regusto de unos Starship cercanos a la radiofórmula ochentas y ‘Livin’ For You‘ alcanza a los REO Speedwagon de ‘Can’t Fight This Feeling‘. Con ‘What’s Your Name‘ aciertan de pleno y crean uno de esos temas emblemáticos para un género que se alimenta con himnos de estas tallas. Para los que sueltan la lágrima fácil por los old days Boston ofrece el ‘Walk On Medley‘, un camino en cuatro etapas que permite dar rienda suelta a los solistas de la formación —atención al teclado de Scholz en ‘Get Organ-ized‘—. Otra vía para descubrir a una propuesta sustanciosa.
Hay discos y discos, trabajos que son interesantes y obras que te dejan más que satisfecho. Podríamos decir que What If… es una de ellas. Aquí Vinny Burns, uno de los mástiles más inspirados del rock melódico, se junta con Sam Blue (Sam Blewitt), vocalista pasional y sensitivo, creando un proyecto que muchos soñarían. Ellos lo hacen realidad conformando con este tándem no sólo un grupo, también un CD cargado de doce temas irreprochables.
En el tiempo que dura el álbum, estos músicos han logrado concentrar todo el buen saber hacer de los grandes intemporales: pegada melódica adictiva, arreglos de primera, instrumentaciones fáciles de digerir y una producción acorde con los tiempos que corren. Desde su inicio con ‘Cool Me Down‘ ya nos dejan con ese sabor de boca tan dulce que te obliga a seguir escuchando, así hasta degustar cosas como ‘Crazy‘ o ‘To One Side‘, composiciones que muestran el camino para todos los que alguna vez se habían preguntado por la realidad del rock melódico.
Si tuviera que hablar de alguna de las agrupaciones por las que ha pasado Vinny a la hora de tratar las influencias reflejadas en What If…, sin dudar daría dos nombres: Dare y Ten. La creatividad de ambos combos sumado a la originalidad de lo novedoso hacía de Burns Blue un grupo con muchas posibilidades de mantenerse como tal y salir del mero proyecto de estudio. Al final no fue así y, a día de hoy, todavía no han le ofrecido una continuación a este disco. Lástima.
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