¡Atención a la escalera de éxitos que nos dejaban los 80 en el campo del rock melódico dominado por las féminas! Arrancando en 1987 nos topamos con las hermanas Wilson, sus Heart y ese ‘Alone‘, contenido en el LP Animals. En 1988 aparece Wide Awake In Dreamland de Pat Benatar y su explosiva tonada ‘Lift’em On Up‘. Un año después el Heart Of Stone de Cher con su irrepetible ‘Emotional Fire‘. Otro pasito y ya pisando 1990 el ‘Love Is A Killer‘ perteneciente al Rev It Up de las Vixen nos dejaba de piedra. Todas ellas grandes representantes del movimiento, todas ellas contemporáneas de otra fiera en estas lides, la fundamental Robin Beck. La que arrasara en aquella década cantando para Coca-Cola el jingle ‘First Time‘, dejó a la afición sedienta de sus burbujas musicales desde 2003 que editase su entretenido Wonderland. Conocedora del daño que causó su falta ahora nos pregunta insinuante: «Me habéis echado de menos».
De principio a fin este álbum se muestra como uno de los regresos mejor entendidos a la actividad musical. Ya con el arranque de ‘Do You Miss Me‘ y la posterior ‘Walk On The Moon‘ lo deja claro. En ambas hay grandes similitudes con los días de gloria y fama de Marie Fredriksson y Per Gessle, sobre todo en la segunda de las nombradas. El típico medio tiempo que podría formar parte de aquel Look Sharp o de Joyride. Y aunque parezca mentira y una opción virtualmente imposible, tras dos canciones de factura impecable llega uno de los dos bombones del disco. ‘Your Love Is Tough‘ tiene esa esencia que hizo despuntar a Cher en sus días de tigresa de cuero y rock melódico.
Posiblemente la cuarta ‘The Safest Place (I Wanna Be Strong) ‘ sea la menos indispensable —que no mala— de esta primera mitad. Y es que no es sencillo eso de ir entre la nata y las guindas. Un paso más y nos hundimos en ‘What About Us‘, canción en la que la dulce Beck se pone peleona y saca las garras de la primera Pat Benatar. De ahí hasta el final se puede disfrutar de un disco con mínimas fisuras y muy bien situado en lo que es el adult oriented rock guitarrero del nuevo siglo. Destacar ante todo el delicado trabajo de Steffi Hazan y Nick Savio a las guitarras, montando como tándem un universo realmente personal lleno de texturas y complementos que acolchan la preciosa voz de Robin.
Do You Miss Me es por lo tanto la baza necesaria para que esta dama gane la partida al tiempo y se vuelva a poner de actualidad por todo lo alto. Y no es demasiado difícil cuando se tiene detrás a otros artistas talentosos como Desmond Child o Michael Bolton —jamás entenderé que habiendo sido parte de Blackjack, teniendo algunos LPs superlativos de adult oriented rock firmados bajo su nombre artístico y componiendo canciones para otros tan buenas, grabe esos bodrios que lleva presentando cual solista tras sus días rockeros— pasándote creaciones. Si a esto le añadimos la producción de Fabrizio Grossi (impecable) y el apoyo incondicional de su marido, el gran hombre del hard melódico James Christian (que pone su granito de arena en los coros), ya se ve a Robin saliendo por la puerta grande.
En 1991 se edita en Estados Unidos un disco que daría la vuelta al mundo y serviría de bandera para toda una nueva generación juvenil, el trabajo de Nirvana Nevermind. Del larga duración, segundo en oficialidad, se extraen hasta cuatro sencillos, siendo por muchos considerado como el álbum chupinazo tras el que se empezó a considerar el rock alternativo como grunge. Mientras esto pasaba y una ingente cantidad de novatos se metían en la música esperando sentir la repercusión que gente como Kurt Cobain o Eddie Vedder (Pearl Jam) estaban alcanzando, los últimos defensores de un movimiento llamado al ostracismo por el cambio de miras, como era el adult oriented rock, intentaban nadar y guardar la ropa.
Otros, sin embargo, le pusieron al mal tiempo buena cara, atacando con toda su artillería y hasta superando sus jornadas doradas ochentas. Ahí está Lucky This Time y Jeff Paris para ser una excepción merecedora de genuflexiones y alborozos varios. La realidad es que el sello Now And Then entendió a Paris al demostrarles que todavía quedaban cosas por decir, que ya estaban compuestas pero no habían visto la luz —y si lo habían hecho, fue a través de otros artistas a los que Paris cedió sus creaciones, el caso de Mr. Big—. Wired Up, su LP de 1987, era todo un hijo de su tiempo, pero tenía demasiadas cosas en remojo, demasiados tics e ideas que se quedaron injustamente en el tintero.
Lucky This Time repararía tal error, preparando un conjunto de canciones en las que por los créditos cual compositores-colaboradores pasaban nombres ilustres de la escena hard como Paul Stanley (miembro de Kiss y enamorado del adult oriented rock), Rick “Moon” Calhoun (con el que Jeff Paris había editado Moon Over Paris), Jan Kuehnemund (Vixen) o los anteriormente citados Mr. Big, entre otros. ‘Jump The Gun‘, la tonada ideada junto al “Starchild” Stanley, está a medio camino entre ‘Hide Your Heart‘ y un éxito de Def Leppard etapa post New Wave Of British Heavy Metal. ‘House On Fire‘ se encuentra a la altura de un disco como Bump Ahead de Eric Martin y compañía o ese Trash de Vincent “Alice Cooper” Furnier —no confundir con su coreado en 1989 ‘House Of Fire‘—. Hasta tiene arreglos rejuvenecedores desde el acústico para su ‘Matter Of Time‘ (ya incluido en Wired Up). En la onda del redondo homónimo de Damn Yankees.
El amante del rock melódico seguro que todavía atesora en su recuerdo el nombre de los Nelson. Esos hermanos norteamericanos que debutaron en el adult oriented rock con un imprescindible After The Rain. Un álbum con doce composiciones, entre las que destacaba su pegadizo ‘(Can’t Live Without Your) Love And Affection‘. Pues bien, ahora peguemos un salto de ese 1990 hasta 2003. Aquí paramos y nos topamos con On The Rise, una banda noruega que viene a seguir la estela dejada por Matthew y Gunnar Nelson.
No hay duda, sólo con escuchar ‘Leaps And Bounds‘ se dará cuenta del potencial compositivo de la formación de Terje Eide. Canciones frescas, pegadizas, positivas, con una carga rítmica realmente interesante. El paseo que realizamos a lo largo de sus catorce temas nos hace parar en algunos cortes que merecen mención especial (aunque el redondo ya es una joya del género en su totalidad). Algunos buenos ejemplos los hallamos en ‘Lift You Up‘, con su arranque guitarrero que termina dando paso a unas melodías penetrantes y que se ve rematado por unos coros realmente trabajados.
El medio tiempo de ‘The World Of Change‘ tampoco tiene desperdicio, al igual que su rockera ‘Stay Away‘. Sin dejarnos los baladones ‘Keep Your Love Alive‘, que bebe sin problemas de los arreglos instrumentales típicos de Neal Schon (Journey), y ‘The Moment‘, composición con la que cierran el disco y que está cargada de una preciosista atmósfera clásica. Una obra sonora completa, ya que su producción es algo que también se debe subrayar. Terje Eide y Eirik Gronner se encargan de darle al trabajo un empaque compacto y que será muy satisfactorio para el oyente.
En definitiva, un CD cargado de todo eso que el seguidor del mundo adult oriented rock gusta digerir: voces algo melosas pero que desprenden rabia cuando es necesario, guitarras virtuosas pero que se mueven al ritmo de las composiciones sin hacerse protagonistas de las mismas y unas canciones que tienen la suficiente consistencia en solitario como en el grueso del álbum. Un grupo muy recomendable y que atesora eslabones de unión con Toto, Rick Springfield o los anteriormente nombrados Nelson.
AOR TERCERA PARTE
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