Ferviente lírica la de este conjunto venido desde la tierra del cierzo, y como tal, soplan poesía y electricidad hasta dejarle a uno en paro cardiaco. Y es que de Aragón salen auténticos trozos de las sombras… sombras, las que tiene este trabajo autoeditado de El Hombre Lento, y que han titulado “Zaza“.
Sus distorsionados integrantes vienen de lo “peorcito” de la música zaragozana. J.J. Gracia fue miembro de Dos Lunas, grupo maño que desgraciadamente desapareció tras haber entregado una grandísima maqueta, un long-play producido por Alana Boguslavsky y con colaboraciones de Gabriel Sopeña, llamado “Banda Sonora Original“. En los cajones del silencio aguarda “Otra luz“, que permanece inédito. Guillermo Mata es un músico sutil sacado de otros grandes de la escena maña, Los Gandules, grupo se formó a raíz de otra banda del mismo corte, conocidos como Los Berzas. Siguiendo la presentación vendrían C. Gracia de Staff, y como líder vocal José María “Chiki” Castejón.
Sucios y algo desalmados, aproximan el post-punk ochentero de manera brillante, sin alejarse tampoco del new wave. A tenor de lo que puedan parecer, esconden otras sonoras graduaciones de corte épico. ‘Veneno‘ vendría a ser la denominación general de este desarrollo auténtico que sacude todo el álbum. El veneno de ‘Morir antes de morir‘ (y ya no solo la canción) discurre como la heroína, invadiendo la sangre y atormentando después en una suerte de untuosidad: «Me arrancaré los ojos cada amanecer, todo lo que han visto no lo volverán a ver.»
Otro dato destacable es que este es el tercer trabajo discográfico de la banda, que además, entraría dentro de una trilogía que se inició con el primer largo de título homónimo y que ellos mismos denominan tal que así: Objeto-Vibración-Residuo. Incluso la producción de Antonio Arias le otorga mayor complejidad.
Pero aunque los espíritus de Ian Curtis o Bowie sobrevuelen algunos momentos, el surf tiene cabida con ‘Surfer, go faster!‘, por lo que no se ciñen a un estereotipo oscuro ni tampoco a una imagen shoegaze. Francamente crudas son ‘El óxido del techo‘ o ‘Hay tanta muerte alrededor‘. Dos brutales composiciones de electricidad intrínseca que se alzan en vítores de dolor.
Dolorosamente impecables, El Hombre Lento conviven con los fantasmas y el rock en el motel “Zaza“, una fonda destartalada por la que resuena lo eléctrico y lo crudo a la vez.
Puedes escucharlos en su MySpace.
Calificación: 7/10
Texto: Charly Hernández