Music Is The Best toma esa premisa, esa querencia por hacer rendiciones sonoras en las que el estilo de El Sobrino Del Diablo se imponga, restando a la postre como canciones renovadas, para juntar dentro de un mismo trabajo revisiones originales, ingeniosas, llenas de gracia y talento de éxitos que grabasen artistas de todo pelaje a lo largo de los últimos cincuenta años —ahí está desde el ‘Victoria‘ de The Kinks de 1969, aquí con los nuevos títulos de ‘El Hijo Del Profesor De Historia‘ o ‘Escoria‘, hasta el ‘Fool For A Lonesome Train‘ que el norteamericano Benjamin Chase “Ben” Harper editase en 2007 dentro del disco compacto Lifeline—.
El tratamiento de las letras y sus traducciones logran cautivar al seguir dos caminos más o menos bien diferenciados. Por un lado está la reinvención del texto de una forma total; mientras que la otra cara se basa en seguir en la medida de lo posible la historia del corte original añadiendo pinceladas de humor o frases que concuerden con la forma de entender la música de El Sobrino —el caso de ‘El Último Locutor‘ (‘The Last DJ‘, Tom Petty) o ‘Diez Chupitos De Tequila‘ en la que, a la hora de volver a visitar esas escapadas nocturnas que Rob Halford (Judas Priest) inmortalizase para la escena heavy en ‘Living After Midnight‘, se termina esbozando para la ocasión una trasnochada salida de un pueblerino a los garitos de moda en la capital—.
Estamos ante uno de esos trabajos de versiones que vale la pena visitar una y otra vez pues, lejos de ceñirse a las normas del cuaderno de caligrafía, su trazo aporta una frescura que dota de novedad a lo grabado. No es que tire directamente por lo cerros de Úbeda para sonar extraño o más moderno que nadie. La idea de El Sobrino Del Diablo es juntar todas sus influencias en un disco y, al cocinarlas sobre la partitura, dejar que tal letra pueda vivir mejor con uno u otro cambio de ritmos o posturas, pero siempre desde el respeto a la creación madre. Y eso es algo que convierte a este trabajo en una obra imprescindible.
Sergio Guillén